(1950-2020)

«La felicidad naturalmente surge porque uno vive de una manera tal que lo permite»

Exponente en la generación del ’70, perteneció al movimiento del Expresionismo Abstracto, que se destacaba por la gestualidad en los trazos, un cromatismo de colores mezclados con los neutros, manteniendo a raya los colores puros en estos matices agrisados, solo aparece el rojo en medio de la obra tratado en su máxima saturación. Trazos ancestrales, rastros de otros orígenes, acumulados genéticamente en acción continua del devenir.

A través de manchas y trazos gestuales, decía Ishikawa, el lenguaje de la pintura le permitió materializar y compartir paisajes espirituales, estados anímicos, tensiones, violencias, silencios y búsquedas con los demás.

Hasta siempre ‘Ishi’ vamos a extrañarte, pero tu gran obra nos recordará esa sabiduría oriental que la trasvasaba y era gesto seguro en la tela, en el aula, en la vida.

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