La máxima preocupación en la visión, después de los 40 años, es recuperar la libertad de continuar viendo a todas las distancias. La presbicia (dificultad de enfoque de 30 a 40 cm), es solucionada con un anteojo monofocal, que sólo da visión en la distancia mencionada.
Como explicamos en el fascículo anterior, aparecen las necesidades de media distancia, (45 a 65 cm aproximadamente) en actividades que así lo requieran, empieza allí la danza de los cambios de anteojos (1 metro a infinito). Entonces, nos sacamos un anteojo, ponemos el otro, y así la incomodidad como consecuencia. En la antigüedad, apareció el anteojo bifocal (Visión para lejos y cerca) del que Franklin tuvo la idea. Este tipo de visión todavía se usa en la actualidad. Pero la tecnología, la capacidad y la creatividad, dieron el paso a la solución. La misma tiene un nombre: los lentes multifocales, del cual se trata de esbozar su uso y aplicación.
El nombre define sus cualidades, se puede ver a todas las distancias. Su oftalmólogo se lo recetará y su óptico efectuará e indicará su uso. En la misma superficie de la lente están talladas todas las potencias. En la parte superior la visión de lejos, en la inferior la visión de cerca y entre estas dos potencias (máxima y mínima) existe una continua variación donde no existen saltos de potencia.
- Si mira a la distancia de lejos lo hace normalmente.
- Para mirar a corta distancia baja la mirada.
- Para las distancias intermedias enfocará lo que esté mirando con leves movimientos verticales y siempre de frente al objeto.
Es indispensable realizar en su óptica de confianza un seguimiento de cada caso en particular hasta que se forme el hábito de uso.
Textos: Nestor Carlos Montero
Óptico contactológico Nacional. Matrícula Profesional nº 9.