Maldito Orgullo 2

No existe una sola interpretación  de una fecha que desde los años 70´viene sumando cada vez mas voluntades y gana titulares de los medios de comunicación más importantes del mundo.  Cada 28 de junio, en los lugares más impensados, cada manifestación pública  y  simbólica – profundamente simbólica- puede significar una revolución en sí misma; y no ajena al manoseo del mercado impregnado del oportunismo capitalista, y la frivolización que ello acarrea, sobrevive y se reformula.

Stonewall inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village,  se convirtió un 28 de junio de 1969 en  “la trinchera” para hacer frente a los reiterados arrebatos de la policía, los sobornos y las humillaciones, que con el beneplácito del gobierno, era sometidos Gays, lesbianas y trans en los Estados Unidos. El primer gran grito de libertad, como algunos prefieren llamarlo, dio origen  una semana después al Frente de Liberación Gay (GLF), que se fundó en la misma ciudad de Nueva York.

 
Maldito Orgullo 1Argentina, por su parte,  ya había fundado la primera organización de derechos LGBT llamada Nuestro Mundo, un par de años antes de Stonewwall en 1967,  y Safo en 1972. En conjunto con otros grupos posteriormente integraron, en agosto de 1971,  el Frente de Liberación Homosexual. Desde este espacio, en alianza con la izquierda política de nuestro país, buscan avanzar  en los derechos civiles que se les negaban a la comunidad homosexual . El golpe de estado en 1976 entre su  larga lista de atrocidades erradicó este movimiento y muchos de sus miembros se encontraron entre los miles de desaparecidos. Se suman más de 400 hombres y mujeres, de la lista de los 30mil desaparecidos, que tuvieron el mismo fin por ser geys, lesbianas y trans. El retorno a la democracia en 1983 permitió la creación de un nuevos grupos por los derechos  de Gays, Lesbianas Bisexuales y Trans (LGBT) y la Comunidad Homosexual Argentina ( CHA) fue una de ellas, que desde el 16 de abril de 1984 sumaba entre sus filas a uno de los más reconocidos activistas, Carlos Jauregui.

Alejado  de la CHA, Jauregui en 1991 fundó  Gays por los Derechos Civiles y en 1992 encabezó la primera marcha del Orgullo Gay Lésbico en Buenos Aires, convocada por las organizaciones “Convocatoria Lesbiana”, “Cuadernos de Existencia Lesbiana”, “Transdevi”, “GaysDC”, “Grupo Isis”, “SIGLA” y la Iglesia de la Comunidad Metropolitan. Fue impulsor  del primer proyecto de unión civil y la inclusión de la orientación sexual en la cláusula anti-discrimnatoria de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. Además, presentó dos querellas contra el arzobispo de Buenos Aires Antonio Quarracino por discriminación. Basó gran parte de su activismo en la búsqueda de visibilidad mediática y la política de «darse a conocer», por lo cual escribió en diarios, participó en programas de televisión y publicó el libro Homosexualidad en Argentina. Nunca abandonó la militancia, incluso  hasta después de su muerte en 1996, su nombre tiene vigencia y es sinónimo de lucha en la comunidad LGBT.

Hasta estos días resuenan una enorme cantidad de nombres, referentes y organizaciones por los derechos del colectivo LGBT, resaltando entre ellas la Federación Argentina LGBT ( FALGBT), creada en 2006, y que agrupa a más de 40 organizaciones del país, entre ellas la Asociación de Travestis, Transexuales y Tansgeneros de Argentina ( ATTTA). Todas estas, hijas de las iniciadas allá a finales de los 60, se vienen moviendo, y como dice Eduardo Galeano en el final del “Peligroso Arcoíris”  -Diario Página 12, 29 de agosto de 2003-  “La cruz y la espada se están alzando, como en los viejos tiempos. Con toda razón: en estos últimos meses, la homofobia viene sufriendo graves atentados. Por todas partes cunde eso que el Papa llama “conducta desviada” y “legalización del Mal”. (…) Todas estas “graves inmoralidades”, actos de libertad y de salud mental, no son regalos: son conquistas. Son elSin título-1 resultado de la porfiada lucha de los gays y las lesbianas contra la discriminación y la violencia. Entre todos los placeres que merecen el infierno, el amor homosexual es, todavía, el más ferozmente reprimido. El machismo y la estupidez armada han disfrazado de normalidad esta atrocidad, y la han convertido en costumbre. En más de setenta países, la ley castiga las relaciones homosexuales. En muchos, con cárcel. En algunos, con flagelación o pena de muerte. En otros, donde la pena de muerte no es legal, los escuadrones parapoliciales y los enfermos de fanatismo cumplen sus ceremonias de purificación: limpian las calles torturando, mutilando y asesinando a quienes, por el solo hecho de existir, constituyen un escándalo público. Los gays y las lesbianas están malditos en la tierra y en el cielo. Hace cinco años, el primer ministro de Malasia llegó a denunciar que eran una amenaza para la seguridad nacional. En el Más Allá, también tienen cerrada la puerta. Como escuché decir a la madre de una joven lesbiana: “Lo que más me duele es saber que no estaremos juntas en el Paraíso”.
Pero ellos y ellas, los raros, los despreciados, están generando, ahora, algunas de las mejores noticias que nuestro tiempo transmite a la historia. Armados con la bandera del arcoíris, símbolo de la diversidad humana, ellas y ellos están volteando una de las más siniestras herencias del pasado. Los muros de la intolerancia empiezan a caer.
Esta afirmación de dignidad, que nos dignifica a todos, nace del coraje de ser diferentes y del orgullo de serlo.
Como canta Milton Nascimento:
Cualquier manera de amor vale la pena, cualquier manera de amor vale amar.

 

CRÉDITOS: Gerardo Picotto Marino