Victoria, Ana, Lucas, Lautaro, María, Luciano y Agustín Castro son hermanos. Hijos de Jorge Castro y Milagros Demiryi. A 41 años del Golpe Militar, unieron sus miradas para contar una historia sobre su pasado. Lo hicieron mediante una instalación artística que expusieron en el Octógono de la FADU Ciudad Universitaria de El Pozo, el 24 de marzo.

Siete Miradas contó una historia. La historia de una búsqueda que recomienza cada día, la búsqueda de aquello que los hace semejantes, análogos, afines. El encuentro con una identidad quebrantada, marca de un «proceso» que indefectiblemente dejó huellas.

Siete Miradas se encontraron construyendo aristas, interpretaciones y perspectivas diferentes de la historia que los congregó como partícipes, espectadores y sobrevivientes. Pero, también, como transmisores de un recuerdo oscuro y siniestro que en cada palabra, cada imagen, cada objeto y cada silencio transmuta esperanzador. Haciéndose transparente como el vidrio, como una nueva lupa, como una nueva lente que nos invita a releer el pasado.

Las Siete Miradas de Victoria, Ana, Lucas, Lautaro, María, Luciano y Agustín pretenden que Nunca Más la hermandad se construya sobre lazos rotos, sobre vínculos interrumpidos, sobre abismos de extrañez y silencios de otredad.

Miradas de curiosidad, miradas de asombro o de indagación, posaron sobre aquellos frascos con palabras, imágenes, piedras y otros objetos; que dispararon sentidos a la instalación artística, expuesta en la Ciudad Universitaria, durante la semana posterior al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Por allí pasaron miles de estudiantes y, muchos de ellos, se llevaron para sí preguntas y respuestas sobre nuestro pasado, sobre el Golpe.

En una generosa aproximación de los autores a ese mundo ofrendado en la instalación artística, las Siete Miradas fueron expresadas para TODA, también en palabras.

1- Victoria Castro Demiryi, 43 años. Empleada 09/10/1973

El 24 de marzo significa reencontrarme con una búsqueda que aturde de vacío y ausencia. Que me pone constantemente delante de un rompecabezas, rastreando y reconstruyendo las piezas de la palabra identidad.

2- Ana Castro, 41 años. Licenciada y Docente en Artes Visuales 03/04/1975

La dictadura desarmó identidades y sentidos y, allí estaba yo, con cada parte de mi familia desarticulada. El amor de todos los que abrazaron mi infancia pudo con toda aquella oscuridad y desorden. Más tarde, mis hermanos llegaron para curarme.

Algunos 24 de marzo son días de recuerdos presentes, otros se acomodan como pueden a las ausencias de niña. La memoria siempre es ese espejo en el que tengo que volver a mirarme, para así encontrarme.

3- Lucas Castro, 32 años. Fotógrafo 10/04/1984

Es una fecha que, desde mi sentido actual, es una especie de estado de trance; donde se unen etapas que uno desconoce desde lo vivido, sumado a mi vida en democracia. Pero que siento y re significo, a partir de la transmisión de la experiencia, la que se ha vuelto más racional con el paso de los años. En cierto sentido, significan represiones y libertades conviviendo al mismo tiempo y en un mismo cuerpo, como mi año: 1984.

4- Lautaro Castro, 29 a

ños. Comunicador 15/07/1987

Pensar el 24 de marzo representa el hecho de construir y reconstruir mi historia personal, familiar y del país, que fue y es atravesada por una constante irrupción de sentimientos que transitan nuestra memoria, acompañados por una insipiente idea de hacer y deshacer lazos marcados a fuego por esos recuerdos.

5- María Castro, 28 años. Estudiante 18/11/1988

El 24 de marzo es una fecha movilizante y sentida, desde lugares muy distintos familiarmente. En mi vida representa una gran dualidad de aquello que fueron y de lo que hoy somos y, en esta metamorfosis oscura, es que entiendo que esta historia, como tantas otras, resurge. Con más intensidad, con más angustias, con más fuerzas, con más ausencias, con más vida, con más hijos.

6- Luciano Castro, 27 años. Estudiante de Arquitectura25/03/1990

Pensar en la dictadura es hablar de imágenes que todavía nos perturban como sociedad y a las que no queremos volver. Es hablar de intensidad personal y familiar, es hablar del tiempo pasado arrojado al futuro que construimos con pasión, con amor y con esperanza.

7-Agustín Castro,25 años. Estudiante de Diseño Industrial18/01/1992

El 24 de marzo significa el encuentro con el pasado y el peso de la historia sobre nuestros cuerpos. Buscar justicia y no olvidar; nos reencuentra hoy, en el presente, como hermanos y como familia. La memoria se hace presente a través de cada uno de nosotros.

 

La historia que hace historia

Jorge Castro y Milagros Demiryi fueron presos políticos durante la última Dictadura Militar, cuando militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

Desde entonces, la mayor de sus hijas, Victoria, también sufrió el cautiverio y luego debió ser criada por unos de sus abuelos, mientras que Milagros Demiryi dio a luz a Ana —la segunda de los siete hermanos—, en el pabellón 49 de la cárcel de Villa Devoto.

Como ambos permanecieron detenidos hasta el retorno de la democracia, en 1983, Ana también debió vivir sus primeros meses en cautiverio, para luego ir junto a sus otros abuelos, hasta que la familia volvió a unirse. En su cuerpo lleva el recuerdo del cautiverio, cuando sufrió una quemadura, que no tiene comparación con la herida interior que los dictadores le causaron.

Una vez en libertad, Jorge Castro y Milagros Demiryi continuaron su militancia persiguiendo sus sueños, formaron la sede santafesina del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), y la familia siguió creciendo. Así llegaron con los años Lucas, Lautaro, María, Luciano y Agustín.

En 2003 la familia sufrió otro duro golpe, cuando la inundación del 29 de abril les llevó todo de su casa de barrio Roma, en menos de una hora. Una vez más en busca de justicia, los Castro Demiryi renunciaron al resarcimiento económico que el Estado otorgó a cada familia damnificada. Es que si lo aceptaban no podían llevar a los estrados judiciales a los culpables de la inundación, del gobierno de Carlos Reutemann. Así fue que se conformaron como actores civiles en la Causa Inundación, y todavía persiguen su sed de justicia contra los inundadores.

Además, Jorge Castro escribió un libro, Verdades locas sobre impunes mentiras, en el que cuenta en detalle las responsabilidades por la inundación de un tercio de la ciudad de Santa Fe. Y, junto a Milagros, han colaborado en forma permanente con los inundados de La Plata.

Este 24 de marzo, a 41 años del Golpe, el matrimonio pudo decir que la educación que les brindó con amor a sus hijos no estuvo nada mal, al ver la instalación artística Siete Miradas que los unió para siempre.

 

Crédito: Nicolás Loyarte

Fotos: Pablo Aguirre