Ad honórem, un grupo de fotógrafas de todo el país se ocupa de retratar el amor y el dolor que implican el fallecimiento de un hijo o una hija a poco de nacer. La muestra itinerante se denomina Tu imagen, mi recuerdo.

Sonrientes, una niña y un niño están sentados sobre el césped. Delante de ambos, cerca del foco de la cámara, se observan tres pares de escarpines. La imagen representa la presencia de un tercer hermano ausente, un hermano fallecido. Se trata de una fotografía que podría resultar dolorosa al momento de pensar en una familia que perdió un hijo a poco de nacer. Sin embargo, ese amoroso retrato no oculta ni esconde, sino que ayuda a sanar. De esa manera se podría resumir el ánimo que impulsa a Saudade, la Red Argentina de Fotógrafos de Duelo Gestacional y Perinatal, a recorrer distintos puntos del país con una muestra que incluye fotos de despedida y otras conmemorativas bajo el nombre Tu imagen, mi recuerdo.

Testimonios del amor presente

En Santa Fe, la exposición ha transitado los espacios del Concejo Municipal, el sanatorio Mayo y los hospitales José María Cullen e Iturraspe. Prevé instalarse en los pasillos de la Legislatura y de la Municipalidad de Recreo. Con anterioridad, esta serie de imágenes visitó Mar del Plata, Merlo, La Plata y Bariloche, entre otras ciudades. Según comentó Ana Paula Ocampo, integrante de Saudade, este trabajo se enlaza con la agrupación Tu imagen, mi recuerdo, «que acompaña a familias que transitan el duelo por el fallecimiento de un bebé»; y con Patricia Coronel, de Paraguay, quien —a través del proyecto Mandu’arãk— realiza fotos con los mismos fines. A todo ello, se añaden los y las profesionales de Cuidados Paliativos del hospital Cullen en nuestra ciudad.

«Somos fotógrafas de distintas partes del país, que trabajamos de manera ad honórem con estos registros que tienen que ver con los duelos de los bebés dentro de la panza o al poco tiempo de nacer», explicó Ocampo, diseñadora gráfica y miembro del staff fotográfico de TODA. Al momento de argumentar sobre la relevancia de la labor que supone componer una imagen en un momento tan particular, en el cual se cruzan la vida y la muerte, ella misma apuntó que «en nuestra cultura, asociamos la fotografía a encuentros, cumpleaños, casamientos, viajes. Pensar la fotografía del duelo invita a romper con un montón de cosas establecidas. ¿Por qué haría fotos de algo que es triste? (Planteó.) El peso de ese dolor es tan fuerte por la carga de amor que tiene que cuando se oculta, se silencia, no se habla, se quiere negar, se llega a duelos traumáticos. En cambio, cuando se puede visibilizar y tiene un espacio para darle entidad y decir “esto sucedió y forma parte también de mi historia”, el duelo sigue siendo doloroso, pero no se convierte en patológico», resumió.

De esa manera, la foto se convierte en «un testimonio de aquello que existió». La mirada está puesta en el amor, a pesar de que el dolor está presente y es inevitable. Lejos de una visión romántica, es una mirada testigo del amor presente», definió Ocampo.

En el trayecto personal y profesional de esta fotógrafa santafesina, ella pudo conocer no pocas historias de familias, madres y padres a la hora de conmemorar la existencia de ese hijo o hija que ya no están. Es por ello que, «las fotografías de bienvenida y despedida, permiten que la mamá y el papá puedan ejercer su rol, recibiendo a ese hijo y despidiéndolo. Esto va con un acompañamiento psicológico y médico que permite la aceptación de este bebé que fue amado, deseado. Es un recibimiento y un dejar ir como un ritual, como una ceremonia», ilustró Ocampo.

En paralelo, Saudade (término portugués que evoca afecto y nostalgia) también se ocupa de las denominadas fotografías conmemorativas, construidas a partir de objetos (ropa, juguetes, ecografías) y cuya premisa es simbolizar la presencia de ese ser que nació sin vida o falleció un breve momento después del parto. «La muestra busca visibilizar y validar a estos hijos que nacen y forman parte de una familia. También pretende anexar a la Ley de Parto Respetado protocolos relacionados con nacimientos de hijos sin vida, entre los que se cuentan este tipo de registros fotográficos», destacó Ocampo. Solo falta que el proyecto sea aprobado por la Legislatura de Santa Fe.

La cajita

En nuestra región no se han producido fotos de despedida. Pero sí se realizaron conmemorativas. Ocampo relató una de esas experiencias: «Una familia tenía una cajita con un test de embarazo, pañales, ropita… conservadas después de un año y medio del fallecimiento de Gael (el hijo). El papá no quería tocar esa cajita ni regalar nada. La abrieron para tomar las fotografías. Cuando terminó la sesión, é me dijo: “Ahora podría regalar la ropa”.»

 

 

Texto: María Luisa Lelli

Fotos: Saudade

Nombre de sección: Maneras de sanar

Edición: N° 91