El activismo de la positividad corporal es un movimiento que promueve la aceptación y amor propio independientemente de la apariencia física o tamaño corporal y que busca combatir la idea de que sólo ciertos cuerpos son atractivos o valiosos. Una de las críticas a este movimiento, explica la filósofa, escritora y representante del activismo gordo y por la diversidad corporal, Lux Moreno, es idea del amor propio, que implica un acto absolutamente individual e impone otro tipo de norma: querete como sos, señalando al individuo como único responsable de circunstancias que tienen que ver con lo cultural, con ideas establecidas y con el status quo de los cuerpos.

Claro está que no alcanza con quererse, pero la reiteración de un standard hegemónico hace que el cuerpo validado socialmente sea un cuerpo delgado y gran parte del protagonismo en el mandato de la delgadez lo tienen las redes sociales. En este sentido, un nuevo estudio publicado en la revista Body Image encontró que un pequeño descanso del aluvión de publicaciones que refuerzan los estándares sociales de belleza puede marcar la diferencia en la satisfacción corporal.

«Seguir cuentas que celebran diferentes tamaños, formas, colores y habilidades del cuerpo puede ayudar a mejorar la imagen corporal de las mujeres jóvenes en la vida cotidiana», escriben las investigadoras de la Facultad de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Australia.

Aunque los ideales de belleza se promueven en toda la sociedad desde una edad temprana, las redes son el lugar más nuevo donde se difunden, promueven y refuerzan estos ideales. «Si bien los ideales no son nuevos, se intensifican gracias a estas plataformas», explica una de las autoras.

El contenido que encontramos ahí muestra estándares de belleza poco realistas que es, al menos en parte, responsable de las altas tasas de insatisfacción corporal. Esta insatisfacción corporal, a su vez, es un factor de riesgo para muchos trastornos de salud mental. Es un indicador importante de los trastornos alimentarios y de depresión, y también está relacionado con algunos trastornos de ansiedad.

En contraste, ver una variedad de mensajes que desafían los ideales de belleza poco realistas y promover la aceptación del cuerpo en todas las formas y tamaños, cree el equipo de la UNSW, podría ayudar a las personas a sentirse más seguras con respecto a sus cuerpos.

Para probar esto, diseñaron microintervenciones en las que se instruyó a mujeres de 18 a 25 años para que (1) siguieran un grupo de Facebook con contenido que promueve la aceptación de todos los cuerpos y fomenta un enfoque en la función y la salud en lugar de la apariencia física, (2) siguieran un grupo neutral, o (3) usaran Facebook como de costumbre.

Según pudieron observar, las mujeres que vieron publicaciones positivas sobre el cuerpo diariamente durante un período de 14 días informaron una disminución en la insatisfacción corporal y una menor tendencia a comparar su apariencia con la de los demás. Sus mejoras en la imagen corporal incluso se mantuvieron cuatro semanas después de la exposición a ese contenido. Mientras tanto, el grupo que vio publicaciones neutrales (contenido no relacionado con la apariencia de una persona) también informaron una disminución en la insatisfacción corporal.

Con la gran cantidad de tiempo que se dedica solo a las redes sociales (las participantes informaron pasar un promedio de dos horas en Facebook en un día normal), incluso un pequeño cambio en el uso puede tener un gran impacto, sostienen las autoras del estudio.

 

Fuente: Filo.News