La Subsecretaria de igualdad, mujeres y diversidad, María Florencia Marinaro dialogó con Aire de Toda, sobre la importancia de concederle un rango ministerial a la Secretaría de Género e Igualdad, conducida por Celia Arena. Además, destacó el logro histórico para la provincia de contar con un presupuesto con perspectiva de género
“Cuando asumimos, heredamos una estructura que dependía del ministerio de desarrollo social. A partir del 10 de diciembre, nuestra decisión fundamental respecto a las políticas de género y diversidad sexual era poder lograr una transversalidad al gobierno de turno. De modo tal que al elevar a nuestra secretaría a un mismo rango que las demás carteras ministeriales se notó una decisión política de nuestro gobernador” aseguró Marinaro.
Respecto al enfoque de las políticas llevadas a cabo por el área,la funcionaria aseguró que es necesario ampliar el concepto de violencia por motivos de género: “no sólo es la violencia doméstica, existen otras violencias, que sufren tanto las mujeres cis,como otras de la diversidad sexual”. Además, amplió el panorama más allá de este tema, y señaló la importancia de una gestión con un enfoque de género más allá de una cartera específica: “Generalmente los medios nos preguntan solamente por la violencia de género, y no trabajamos solo eso. Las políticas de género no tienen que estar solamente en la secretaria, sino también tienen que llegar a todos los demás ministerios”.
En cuanto al presupuesto con perspectiva de género, Marinaro comentó orgullosa: “Hicimos las gestiones con la Secretaria de Cooperación Internacional, el Ministerio de Economía y la Agencia Francesa del Desarrollo, y presentamos el proyecto. Conseguimos los fondos para poder, junto a dos consultoras de Buenos Aires, trabajar por primera vez en la historia un presupuesto provincial con esta característica”.
Respecto al impacto de las mujeres en la economía, la Subsecretaria especificó: “Hay una falta de cuantificación de indicadores, pero existen muchísimas brechas de género. Una de ella es la brecha laboral, donde las mujeres ganamos entre un 25% a 30% menos que los varones. Otro punto importante son las tareas de cuidado: un trabajo no pago, que indefectiblemente tiene una incidencia en la economía y contribuye a lo que se llama el techo de cristal invisible, donde esas tareas de cuidado no remuneradas impiden el total desarrollo profesional para alcanzar rangos jerárquicos altos. Desde el ámbito de la educación, existe una deserción escolar de las mujeres durante la edad reproductiva, es decir en el embarazo adolescente, así como en el cuidado de sus hermanos”.
Finalmente, Marinaro consignó la manera en que se está comenzando a aplicar el presupuesto con perspectiva de género: Hicimos un encuentro con las carteras públicas, donde especificamos que todos los ministerios deberán formular un programa de política pública que tenga perspectiva de género. De esta manera, por primera vez vamos a tener unos indicadores que nos permitan conocer cómo impacta un presupuesto en la vida de las mujeres y las personas de la diversidad sexual.