Una tarde en El Lecturón Taller de Experiencias Comunicacionales, un proyecto que nació como espacio de lectura y que hoy cuenta con programa radial propio, una biblioteca de más de 300 volúmenes y un secreto guardado bajo siete candados: los chicos sí leen.

Un chico grande desarma la pila de sillas de plástico encastradas y las dispone en ronda. Otro, más petiso, abre la puerta a los que van asomando. El mate verde de silicona espera junto al termo de colores. Masitas, banderines y remeras de El Lecturón completan el cuadro de este jueves por la tarde,en el Colegio de Funcionarios Públicos Jerarquizados, en la esquina sureste de Cruz Roja Argentina y Corrientes. El sol va remitiendo entre las hamacas de la placita de enfrente.

Belén Lamboglia, la “Neni” para todo el mundo, era productora de televisión y se quedó sin trabajo en 2010. Empezó a estudiar Letras y armó un pequeño taller en su casa de barrio Constituyentes, al que fueron ocho chicos. “Tenía que ser creativa”, recuerda aquellas épocas de salir a buscar el mango ­―y no encontrarlo.

―¿En qué letra estás pensando?―arranca la Neni una ronda frenética.

―La “A”―dice Guille.

―No.

―La “J”―arriesga Pili.

―No.

―El “Siete”―larga uno con cara de atorrante y todos comparten la carcajada.

Hoy al taller van 30 chicos, de entre 5 y 15 años, en distintos días. Varios forman parte de aquel grupo inicial. Hija de una docente y supervisora, Belén opina que, la dinámica fluctuante del adolescente y la complejidad que conlleva, es un desafío interesante a la hora de trabajar. De hecho, El Lecturón tuvo que ir mutando a medida que ellos crecían.

―¿Cómo hacés para que se enganchen?

―No sé, no hay secretos. A los chicos les gusta que el adulto esté con ellos, que comparta y, a mí, me encanta recibirlos. Acá no funciona el “no se come en clase”, “no se desordenen”. Si querés estar acostado, leé acostado. Mientras haya respeto al espacio del otro, este es su lugar.Creo que hay que observarlos, escucharlos mucho, para ver cómo se los puede acompañar.

BRILLA EN TODOS LADOS

El martes es el turno de los más chiquitos, el jueves se reúnen los mayores. Y el sábado, los más grandes (19 en total), hacen el programa “No hay tamaño para la radio”, que ya atraviesa su segundo año de vida. Va de 8 a 10 por FM 91.9 Radio de Noticias. “Están entusiasmadísimos, quieren ganar el Martín Fierro”, se ríe Belén ―como si ella no.

Allí han entrevistado a escritores, músicos, artistas plásticos; desde María Teresa Andruetto hasta Norma Huidobro, pasando por Milo Lockett, La Vela Puerca o Las Pastillas del Abuelo.La Neni asegura que, en su experiencia como productora periodística, nunca contó con un equipo tan comprometido como este. “Me han dejado plantada hasta con ministros en los estudios de televisión. Es la primera vez en quince años que siento que mi equipo de trabajo no me abandona. No falta nadie. Llueva o se caiga el mundo, ellos van. Hay un nene que vive en Rincón que no falla, aunque esté diluviando… los padres me deben odiar”, se ríe.

―¿Qué piensan ustedes que es la identidad? ―rueda, junto al mate, la primera pregunta. Y todos levantan la mano: el sueño de cualquier seño.

Algunos gritan a puro pulmón, otros casi que ni se le animan al sonido. Algunos pelean por ser delegados, otros se esconden detrás de un muro transparente para que no los elijan. Banderines de arpillera acompañan la fiesta, en un salón de paredes y piso inmaculados. La primera hora será de Filosofía. Hablarán sobre valores, porque durante el verano hubo algunas conductas que molestaban, que hacían ruido. Hablarán sobre la identidad, sobre el respeto al otro. Y habrá un texto, un video, un documental: algo que haga anclaje en ese punto.

―¿Cómo manejás el tema de la tecnología?

―La única forma de evitar que se concentren solamente en el celular es incluir al aparato en la estrategia del taller. De hecho, aquí tenemos algunas tablets y netbooks. El celular es un elemento para buscar información, por ejemplo. Incluso “Harry Potter”, que fue la última novela que leímos, se leyó en PDF a través de los celulares.

La lectura trasciende los textos: hay, también, una lectura de la realidad. “Hacemos salidas culturales muy frecuentemente. Vamos a teatros, a museos, a La Redonda, a El Molino. Vamos, por ejemplo, a una plaza. Nos pasó el otro día, en la plaza del Teatro Municipal, donde hay un cartel que dice ‘Plaza de 4 a 12 años’. Y yo tenía algunos chicos grandes. Volvieron con esa sensación de ‘ya no nos dejan jugar’. Y nos pusimos a pensar sobre esa lectura. ¿Qué les está pidiendo hoy la sociedad como niños? ¿Qué quieren que haga un chico a los 12 años, si no puede ir a jugar a una plaza, ocupar lo público, que es un espacio fundamental?”, opina.

La rueda ya está rodando. Angie y Lola llegan con cajas de lápices y papel para trabajar. Unos juegan, otros discuten, otros se ríen. Está el que se queda en patas, la que en un descuido desparrama la caja de lápices por el piso, el que fuma grisines,los dos que arrastran en una silla a una chica que no se quiere levantar, la que pide orden a los gritos. Hasta que vuelve la Neni y, detrás de ella, una especie de silencio rasante. “Preparen los celulares, ya arrancamos”, invita.

Más info: ellecturontallerdeexperiencias°gmail.com

Teléfono: 4129044

Facebook: Ellecturón Taller de Experiencias Comunicacionales

 

Crédito: Natalia Pandolfo

Fotos: Pablo Aguirre