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Conocido por su voz en la escena local y nacional, en un género que mezcla el Nu Metal con el Rock; padre, cantante, hombre, César Augusto Andino nos recibe en su casa, simple, acogedora, sin grandes lujos y derroches que uno esperaría en la vivienda de un referente de la música nacional. Desde Toda Santa Fe fuimos con la intención de conocer y conversar con esas personalidades más alejadas del cantante, con el padre, el hombre, el santafesino que triunfó en Buenos Aires, el paciente en tratamiento, todos esos otros César Andino.

Paredes de color vibrante como es el violeta, una puerta llena de dibujos de sus nenas, auriculares, teclados, televisión, computadora y cualquier cosa que haga de ese espacio su “rinconcito”, como él le dice. “Debo ser el tipo que más boludeces compra” nos dice al notar la sorpresa por las luces que recorren el escritorio y muestra con orgullo sus adquisiciones: un mouse inalámbrico, una boa de luces led, un teclado para grabar, programas para mezclar y masterizar sus ideas musicales y se sonríe, así nos recibe César, mientras suena una pista de lo nuevo de la banda, sobre la que está trabajando y nos dice que “va por ahí”.

TS-¿Cómo es ser César Andino por un lado, cantante de Cabezones por otro lado y a todo eso, ser santafesino?

_DSC0605_resultCA- Yo creo que al primer momento era así, como que se dividía la persona en muchas partes, como en ser papá, en ser quien vive de la música, yo creo que ahora tuve la virtud de poder hacer todo uno solo sin miedo a creérmela y a equivocarme, obviamente que te equivocas a veces pero, yo acá en Santa Fe soy como una persona muy conocida y en Buenos Aires no pensaba que iba a pasar lo mismo porque hay muchas personas pero tuvimos la, no sé si suerte, no sé cómo llamarlo, que la banda explotó y también nos empezaron a conocer, sobre todo porque explotó un género de música y nosotros éramos los representantes del género entonces fue como doblemente más exposición y después pasó lo del accidente y más exposición, entonces creo que por un lado fue buenísimo para que conozcan pero por otro eso fue lo que desgastó al grupo, el hecho de que alguien tuviera demasiada atención, entonces llegó un momento en el que el grupo sufrió demasiada exposición mía y a partir de ahí tomé la decisión de regresar a Santa Fe, de reencontrarme y me di cuenta que cuando iba a Buenos Aires era diferente, porque yo ya había vivido en Buenos Aires 15 años pero ya me sentía parte de su ecosistema y al volver a Santa Fe e ir a Buenos Aires era un santafesino yendo a Buenos Aires de nuevo.

Todo nos cuesta mucho más, todo es más difícil, todo es como volver a empezar y a veces todo eso es muy cansador pero eso es lo que te hace fuerte y yo me considero una persona muy fuerte y gracias a dios pude unir esas cosas, a las personalidades diferentes en una sola. Fue un trabajo enorme porque el cantante tenía mucho ego, el padre era demasiado temeroso y como demasiadas personalidades y sobre todo para poder sentir que, a pesar de que nos iba muy bien y de que estábamos haciendo cosas muy buenas, no cambiaba lo que nosotros sentíamos y lo que la gente sentía hacia nosotros, que en algún momento pasó, pero bueno, es muy difícil y  más difícil no creérsela.

“Para mí el hecho de que nosotros hayamos salido de acá es una virtud porque siempre fue muy difícil (…) Cada meta que alcanzábamos, no nos olvidábamos porque me parecía que esa raíz siempre nos mantuvo con el espíritu del sacrificio.”

Sin temor a hablar de lo sucedido, porque todo es parte de su vida y sus vivencias son lo que hace que sea quien es hoy, César Andino no tiene temor a recordar el accidente que casi le cuesta la vida, junto a Gabriel Ruiz Días, bajista de Catupecu Machu en el año 2006. Este incidente lo tuvo mucho tiempo en cama y con un apego a la música y su familia que hizo que saliera adelante.

TS- Recién hablabas de esto de lograr unir a esos diferentes César, que fue un poco en relación a esta fortaleza que tenes, sobre todo habiendo tenido esa situación personal tan grande, de la que no tenes miedo de hablar. ¿Cómo fue después verte como una persona con una condición, una enfermedad, un accidente y sumarlo a todas estas personalidades y encontrarle el punto y la fortaleza?

CA- Yo digo que hace casi 8 años que yo no camino, yo me voy al extremo y digo que  soy una babosa, que me arrastro, esto no es caminar, caminar caminaba antes. Viste que hay una disciplina olímpica que es marcha, bueno, y después está la babosa que sería yo (risas) que es como una especie de arrastrarse. Como en el vivo, que tengo un pie que está en puntita y el otro…Yo cuando pasó esto me di cuenta que la vida había cambiado completamente y que la persona que vivió hasta ese momento ya no iba a existir más y me hacía fuerte por mi familia, por mis hijas o abandonaba. El hecho de abandonar surgió muchas veces por los dolores, las operaciones, el hecho de no saber si iba a poder caminar. Yo estuve casi un año y pico en cama y con yesos y después casi un año en silla de ruedas y fue muy difícil todo y sin embargo yo sabía que había algo que me empujaba a seguir y también lo iba a ver a Gabi y veía como estaba y decía “no puedo abandonar ahora” y la veía a Sofía que crecía, crecía y también me dije “no puedo abandonar por Sofía”, uno saca fuerza de un montón de lugares y entre eso la banda se separa y era un gran soporte anímico y encontré un gran escape en el hecho de hacer un disco solista que era SOLO y empezar a investigar, comprar computadoras, programas de música, comprar teclados y tocarlos, tocar la guitarra, contraté un profesor de música y como que me empecé a ocupar el tiempo pero me faltaban los amigos, la gente que yo quería. Fue ahí que fue el peor quiebre, tuve una adicción a la morfina y estuve 15 días en una clínica de rehabilitación y al salir no tenía a nadie, porque me había separado y no podía salir de la clínica si no tenía a nadie que se hiciera cargo de mi. Y me fui a vivir a la casa de una fan, que los padres me adoptaron.

Y me encontré solo en una habitación que no conocía, con todas mis cosas y tomaba muchas pastillas e inyecciones y fue durísimo”.

Fue muy duro pero siempre va a haber alguien que te abra la puerta y esa situación me llenó, porque dos personas que no me conocían, porque a las hijas les gustaba la banda, me acogieron y ayudaron.

Gracias a dios me encaminé de nuevo en lo que me gustaba.

Durante la charla se dan muchos recuerdos, charlamos sobre la ruptura de la primera formación, el porqué sigue siendo Cabezones (“Porque siempre hubo mucho amor y esfuerzo en el proyecto que se llevó mi vida y quería continuarlo con quienes lo apoyaran, como lo hicieron, en su momento cada uno de los que pasaron por la banda”). Hablamos también de su relación con las bandas y medios de Buenos Aires y esa vorágine que es inevitable y te consume y te pone en genio, estrella, ídolo del rock y más, que le ha costado mucho a muchos, incluyéndolo, donde dejó relaciones, parejas y hasta su cuerpo.

TS- Y después de todo, de evitar el trato diferencial en tu entorno, el no requerir ayuda para subir al escenario, el acomodarte y seguir y cantar; de esta fortaleza que seguís teniendo ¿Cómo seguís después de Julio?

ct-9_resultCA-Yo creo que recién ahora me di cuenta de todo lo que viene, me hice una serie de análisis más profundos, y ya cuando empezamos a hablar con el médico de las diferentes prótesis y de las diferentes maneras que agarran y de que hay que masajear el muñón para que se forme de una manera, ahí te vas dando cuenta de que es otra vida más. A mí me pasó un episodio este verano, muy feo, que tuve convulsiones y estaba mi hija, Sofía y ella fue la que se dio cuenta y la fue a llamar a mi mamá y llamaron al médico y yo no me había dado cuenta y cuando vienen, las dos estaban llorando y yo les pregunto qué les pasa y Sofi me dice que se había golpeado y mi mamá me agarraba la mano, yo me había orinado encima, y “Qué pasó!”, ahí me di cuenta que no podía más, que el cuerpo me estaba diciendo basta. Evidentemente hasta acá llegó el cuerpo soportando esto y ahí fue hablar con el médico y que me diga que la solución es amputar la pierna izquierda porque se estaba desviando la columna, los calmantes ya están provocando convulsiones y cada año que pasa se complica más.

Trato de hacerme la idea, estudio mucho eso, hablo con gente que ha pasado lo mismo y las experiencias son buenas. Y hay que armar el rompecabezas para después de Julio y ver que va a pasar, pero tengo confianza en mí.

TS-¿No te genera un poco de “tranquilidad” el hecho de tener una prótesis que te soporte bien el peso del cuerpo y te permita pasar de ese estado de babosa, como decís, a caminar nuevamente y jugar con tu hija sin usar un apoyo, por ejemplo?

CA-Esa es mi expectativa, ese sería el premio, pero lo que hay que pasar es el post operatorio y los primeros tres meses, esa es la prueba de fuego, que hay que pasarla sobre todo mentalmente. Creo que me han pasado cosas duras en la vida como para poder sobreponerme una vez más a esto. El otro día, hablando con la madre de Gabriel (Ruiz Días), Dominga, me decía “¿estás seguro lo que vas a hacer?” y vieja, le digo, cariñosamente, me siento bien, me siento confiado y tengo la esperanza de que esto cambie mi vida, pero después cuando empezas a hacer todo, vas a la ortopedia, y te muestran 5 o 6 piernas, no zapatillas, ahí vas cayendo en cuenta de cómo son las cosas, pero el médico me dijo claro: O es la pierna o es todo el cuerpo. Y estoy haciendo todo como me ha dicho el médico, todo en regla, con una dieta, ya no tomo gaseosa, me cuido mucho y realmente me siento mucho mejor, en los shows me canso menos, puedo cantar mejor, tengo más resistencia, pero tomo agua y como fruta y es lo que tengo que hacer. Cuando tenes hijas, sería muy irresponsable no cambiar y cuidarme.

 “Fue un momento, sobre todo porque lo vio Sofía, me partió el alma porque en su inocencia me dijo “papá yo quiero que estés bien, que te cures, que te cuides” y ahí tomé la decisión y dije basta”

TS- Y la música ¿Va a seguir siendo tu refugio?

CA-Si, para mí el límite mío son las canciones de Cabezones, el día que no pueda cantar las canciones como fueron concebidas, en el miso tono y con la misma fuerza y con la voz; el día que tenga que decirle a los chicos bajemos la afinación porque no llego a la nota, ya ahí diré fui un cantante bueno, malo, genial, como quieran catalogarme, pero siempre puse todo de mi y por suerte tuve muchos reconocimientos pero todos afuera, acá me reconocen por otras cosas. Quizás es eso la materia pendiente que uno tiene, el cantar bien y el ser reconocido en tu ciudad, pero hay cosas que me pasan, hablo con algunos chicos que hoy tocan y comentan que hablaron conmigo o se sacan fotos conmigo y esas cosas que uno dice bueno, hubo algo que a la gente le significó y le pasó algo con lo nuestro y es algo difícil porque cuantas bandas hay y pasó con nosotros. Y hoy me escriben por internet, gente que no conozco y me dicen que mi música les ha ayudado, me consideran un ejemplo. Chicos que han estado internados donde yo estuve y me dicen que les contaban que me levantaba temprano y me limpiaba solo los tutores porque tenía una manía con eso y cuando venían a hacerme las curaciones yo ya tenía limpia las heridas. Me enseñó uno de los enfermeros y yo tomaba la iniciativa, siempre fui así.

Incluso, cuando pasó el accidente, yo me desperté del choque y después de una charla con Gabi, que me insistía con el tema, yo les decía que el corte era “Pasajero en Extinción” y me decían que no fastidiara con eso y venían a verme los chicos de la banda y me decían cómo puede ser que en ese momento, en terapia intensiva, te ponías a pensar en un tema de Cabezones. Y es que hay cosas que no tienen mucha explicación y entre tanta tragedia, que salga algo tan bueno como fue que el disco, que en ese momento se estaba mezclando, termine siendo disco de oro. Pero jamás sentí tanto dolor, no sentía nada de la cintura para abajo pero yo tenía que decirles que el corte era “Pasajeros”. No sé como soporté tanto dolor en mi vida.

César Andino, una persona que ha vivido de todo, desde el salir a remarla, hasta llegar a la cúspide y sufrir de forma estrepitosa lo impensado, sacando fuerzas casi inhumanas para reencontrarse, repensarse y avanzar nuevamente a través de letras únicas que identifican a más de una generación y que cruzan estilos sin creérsela y manteniendo el asombro por quienes lo identifican como ídolo o genio. Si hay algo que él supo superar fue ese estar Solo, para volar en un Globo y tras haber corrido la suerte de un Pasajero en Extinción, refugiarse en su Pequeña Infinidad para seguir adelante y seguir haciendo aquello tanto nos gusta, como dice él, sin creérsela.

 

Crédito: Ma. Victoria Sansó de la Madrid