Trabajando codo a codo desde aquel ingreso como socios al frigorífico, corría el año ‘82 cuando Carlos Picech y Gustavo Ingaramo, dos industriales y emprendedores, apuestan a Industrias Frigoríficas Recreo. Hoy, a cincuenta años de la empresa, tanto Carlos como Gustavo disfrutan del crecimiento constante y de que, a pesar de las embestidas de la economía del país lograron sostenerse y superarlas, lo que denota el compromiso no solo para con la empresa sino para con sus 330 empleados, que construyen cada día la historia del frigorífico más importante de la región.
TS- ¿Cómo viene la tradición del tema de frigorífico dentro de la familia, ya venían relacionados con esto?
CP- Si, el padre de Gustavo era accionista de FRIAR, venimos de una sociedad familiar, porque él es mi primo y mi ahijado.
GI- Venimos de una tradición familiar, porque es una actividad medio particular, no cualquiera se introduce en este mundo. Nosotros lo mamamos de chiquitos en nuestros hogares. Eso hizo que nos interesáramos por el tema de la planta y bueno, felizmente, la planta ha progresado mucho.
TS- En ese proceso, seguramente, ha habido momentos difíciles.
CP- Sí, de los frigoríficos que cumplimos cincuenta años, que debe haber más o menos, trescientos en el país que no se han convocado durante los cincuenta años, son contados con los dedos de la mano. Entre los que nunca convocamos estamos nosotros (afirma orgulloso Carlos).
GI- Hemos pasado de todo, había que estar en la caja por el 2001 cuando todos los días entraban Lecop, Patacones, Quebracho, no sabías que hacer, te agarraba la desesperación porque decías, me vienen a cobrar y teníamos todos estos papeles y los tipos no quieren esto. Y querías vender en esas provincias y tenías que aceptar lo que te daban, pero la pasamos todos los argentinos.
TS- Lo que no mata, fortalece.
GI- Felizmente esa crisis nos consolidó, es decir, si te aguantaste esa quiere decir que estás para hacer cosas buenas. Solidifica y consolida la estructura humana, a todo el grupo de trabajo.
TS- Genera compromiso y sentimiento de pertenencia.
GI- Es muy bueno, a través de los años hemos ido logrando un grupo de gente que trabaja alegremente, te diría trabaja felizmente.
CP- Hemos logrado que en el frigorífico, que en el fondo es un montón de máquinas, paredes y techos, lo que consolidamos es la parte humana, sobre todo en el volumen de gente que hay, se trabaja bien, la responsabilidad de la gente también ayuda a que esto vaya para bien, son como el corazón del frigorífico.
GI- Hoy la empresa está consolidada, tiene un buen grupo humano, un buen parque tecnológico y las expectativas puestas en el crecimiento, no sólo en la parte de chacinados, sino en la parte de carne, nosotros venimos creciendo en lo que es exportación, contrario a lo que pasa en la industria cárnica.
TS- ¿Cómo creen que pudieron lograr la consolidación?
CP- Permanente reinversión, capacitación e incorporación de tecnologías de última generación, esto permitió seguir creciendo.
GI- Pero siempre en el fondo lo más importante es que toda empresa es un fin social, eso siempre hay que tenerlo en cuenta, vos podés conducir una empresa, poder ser el dueño de las acciones, pero sos responsable también de un montón de familias de gente que está trabajando en ella. Eso es una empresa.
TS- Hablando de familia, ¿cómo continúa la empresa en la tradición familiar, sus hijos apuestan a la continuidad?
CP- Jeremías (Picech) está trabajando en Recursos Humanos y Guido (Ingaramo), el hijo de Gustavo es contador y también está en el frigorífico.
GI- La idea es que los chicos pongan el lomo como lo pusimos nosotros, tienen que remar, vos sabés que si no empezás de abajo es difícil, porque hay que conocer el funcionamiento de todo, es la forma de aprender.
CP- Esperamos que los chicos estén a la altura de las circunstancias y nos superen, para poder continuar y hacer una empresa mucho más grande que la que hicimos nosotros.
CREDITOS: Marcelo Jorge
FOTOS: Pablo Aguirre