Maurizio Cattelan es un artista contemporáneo italiano conocido por sus polémicas obras. entre ellas se encuentra una banana pegada con cinta a la pared. Esta es una clara crítica que busca ridiculizar el mercado artístico. Con toques de provocación y humor,la vendió en 120.000 dólares.
Los propietarios de la obra llamada Comediante son responsables de suministrar su propia banana y cinta adhesiva, y de llevar a cabo la instalación. Lo que incluye el precio de seis cifras, en realidad, es un certificado de autenticidad y un manual de instruccionesadjunto que especifica el ángulo y la altura exactos – 37 grados, unos 68 pulgadas sobre el suelo – con los que se puede fijar la fruta a una pared.
Para la tentación de muchos, esta es una auténtica fruta fresca y lista para comer. Ahora, y por segunda vez en su historia, esta obra fue devorada durante una exposición en el Museo de Arte Leeum de Seúl.
Un estudiante que estaba mirando la exposición argumentó que “tenía hambre”y la despegó. Se tomó su tiempo para comerla y, luego dejó la cáscara de nuevo en su lugar.
El joven se llama Noh Huyn-soo y es un estudiante de arte de Corea del Sur. Luego de que el joven la comió, el museo la repuso. Cada dos días, para garantizar el buen color y conservación de la fruta, el museo coloca una nueva banana en el mismo lugar.
Además, el Museo de Arte Leeum señaló que no reclamará daños y perjuicios contra el estudiante. Noh dijo más tarde a los medios locales que veía el trabajo de Cattelan como una rebelión contra cierta autoridad.
“Dañar una obra de arte también podría verse como una obra de arte, pensé que sería interesante… ¿No está pegado allí para comerlo?”, preguntó el joven. Cuando se le informó sobre el incidente, al artista afirmó que no había problema con ello.
Fuente: Infobae