Alto Vuelo es un grupo de rap de Alto Verde formado en 2006 por Elián Pérez y Nahuel Aguirre, con el nombre inicial de Doble Filo.  En aquel año bailaban Break Dance con amigos de su escuela secundaria, la Omar Rupp. Después fueron conociendo la movida del rap y empezaron a hacer sus propios temas. Hoy, con más de diez años arriba de los escenarios, son la voz que representa la cultura y las dificultades del barrio, visto desde adentro y no contada desde un Otro lejano e incierto.

—Son la cara del barrio —afirma Elena, una vecina de Alto Verde. —Ellos cuentan lo que pasa acá sin crear una imagen falsa y mala. Lo ven desde adentro y lo cantan. Otros lo ven desde afuera y lo transmiten.

El rap barrial es un movimiento cultural que viene en crecimiento constante en América Latina desde el comienzo del nuevo milenio. Las tristes realidades que dejó la década de 1990 en los suburbios necesitaban tener una voz. La cumbia villera y el rap fueron los géneros que captaron la necesidad de expresión en los barrios más carenciados de Argentina. Alto Vuelo es la banda de rap que canta lo que Alto Verde quiere decir. Por eso los vecinos afirman que son la cara del barrio.

En sus letras se deja ver la cultura y los valores de las personasdel distrito costero, que en la generalidad diaria son olvidados y estigmatizados por las dificultades que tiene el barrio, como la violencia entre pares o la droga. En sus canciones se puede entender lo complejo que son las problemáticas cotidianas de los barrios periféricos, como en la canción “La Protesta”, en la que se deja sentada una posición clara respecto al problema de la accesibilidad a Alto Verde en transporte público por el mal estado de las calles y cómo esto lleva a que las personas no puedan llegar a tiempo a su trabajos o los niños a la escuela.

Elián y Nahuel dicen que el rap los sacó de la mala junta. “Cuando empezás a girar en la calle, perdés la noción del tiempo y no sabes qué querés hacer con tu vida”, manifiesta Elián. “Pero el rap, además de darte respeto del que no se compra, te da voz popular y conciencia. Empezás a entender por qué los pibes andan perdidos y es porque les falta un plato de comida a la noche y contención. Si no comés, ¿qué podés llegar a entender en la escuela o lo que te aconsejan tus viejos?”, asegura Nahuel. Estas dificultades que traen la desigualdad, la calle y la mala junta son rapeadas en la canción “Personajes bien salvajes”, y en ella se narra la historia de muchos grupos de amigos del barrio, que perdieron a un pibe que no pudo superar las adversidades de vivir en un suburbio postergado de nuestra ciudad.

Además de nutrir artísticamente, el rap forma en valores o códigos a los que son parte de este movimiento cultural. Sobre esto Nahuel asegura que: “Nunca cantamos que los pibes salgan a matarse.Es más rap conciencia lo que nosotros hacemos, porque hablamos de la calle, de los tiros, de las drogas, de todo lo que se vive: la realidad cruda. Pero siempre buscándole el lado positivo, tratando de que los pibes reaccionen. Ese es el código que no podemos romper. Porque ha venido gente que nos dijo por qué no cantan reggaetón o rap comercial, para que se venda. Y nosotros sin necesidad de vendernos seguimos cantando lo mismo, con los mismos ideales y la gente nos reconoce eso”.

El rap es una herramienta de poder de voz libre y sin anestesias, que sin titubear canta la posta de los barrios de nuestra ciudad. El contexto de los suburbios de Santa Fe ha creado a muchos raperos, que han sabido representar las demandas barriales más urgentes y llevarlas a los medios, que son los lugares de opinión pública donde el ciudadano interpela a la ciudad. Por ser la voz viva que encarna a los vecinos de Alto Verde, Alto vuelo –y todos los raperos barriales– necesitan ser reconocidos dentro de la cultura artística y social de nuestra ciudad.

Crédito: Bautista Veaute

Fotos: Pablo Aguirre