Dice que es músico desde que estaba en lapanza materna y se define melómano. Percusionista, hoy cantante, AlejandroValls lleva diez años frente al micrófono de Sonora D´Irse. Aunque escribedesde muy chico, fue necesario que unos textos nacidos en la distanciaalcanzaran el volumen de un libro para que se reconozca escritor. Las dosactividades se entrelazan en su vida sin conflicto y él se mueve entre una yotra con similar placer.
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“Lo he pensado y analizado en terapia. No hubiera podido hacer otra cosa”, dice Valls en relación a la música. Un padre baterista, sesionista de importantes artistas y productor discográfico de compañías internacionales fue el artífice de una familia nómade, con asentamientos temporales en Santa Fe, Madrid y Buenos Aires. Parte de la memoria emotiva de Alejandro está anclada en haber visto a su padre tocar en vivo y, el bagaje musical, proviene de vinilos atravesados por la leyenda prohibida su venta. “Mi viejo traía de la discográfica cajones de discos de difusión. Para mí, abrir esas cajas a mis doce años era encontrarme con un universo ecléctico y variopinto que iba desde Piazzolla a los Beatles, de Charlie Parker a Santana más todo el jazz y blues que te puedas imaginar”.
Entre el percusionista y el cantante sucedieron varios años y miles de kilómetros. “De adolescente heredé la batería de mi viejo —cuenta—, después me compré un set de percusión. Fui baterista y percusionista durante mucho tiempo. Me fui a vivir a Italia, estuve cinco años en Roma y toqué por toda Europa. A mi regreso a Argentina empecé a cantar, dejé de hacerlo en la ducha para subir a un escenario y no paré más”. Entre 2002 y 2005 vivió en Shanghái, adonde cantaba en hoteles internacionales. Desde 2008 es la voz de Sonora D’Irse, agrupación para la cual también compone y arregla. “El cantante le ganó al percusionista en algún punto” afirma.
Valls cree que, al igual que la música, la escritura estuvo presente en toda su vida. Textos celosamente guardados serían el registro de esa afición. Sin embargo, fue en su adultez cuando escribir comenzó a tener la regularidad de un oficio. “Empecé a escribir en Italia, en las hojas en blanco que están al final de una agenda. Eran esbozos de poemas, cosas muy personales. La segunda etapa fue durante los años que viví en Shanghái. Escribía en el hotel durante el día, en el tiempo libre. Cuando me di cuenta tenía un dossier de viaje de hojas y hojas”. Esos textos forman parte de una obra revisada e ilustrada pero no editada, cuyo título es Back in China. Su segundo y tercer libro, Historias Mínimas (2015) y Bar Neptuno (2017), sí vieron la luz en formato artesanal de pocas copias. Ambos contienen poemas, cuentos cortos y consideraciones filosóficas. Alejandro bromea: “Tengo tres libros con idéntica cantidad de fracasos”.
El presente musical de Alejandro Valls tiene ritmo afroamericano. “Ese es el verdadero nombre —aclara— lo de salsa es un cliché, un título vendible que se le puso a este estilo que incluye chachachá, mambo, guajira, guaracha”. Aunque en apariencia simplemente bailable, Valls destaca del género “el conglomerado rítmico, sumado a la armonía de jazz, más la melodía española que generó un híbrido muy particular”. A su década como voz de este estilo suma un trabajo personal en la creación de jingles, la composición y arreglo. También disfruta versionar y proyecta un disco solista en este rumbo. El cantante que admira a Gino Vannelli es también el escritor que disfruta de Bukowski y Kundera. “El ejercicio de escritura es diario. Escribir se convirtió en un proceso casi biológico. ¿Cómo escribo? Con birome y papel, preferentemente de noche, y con un buen Malbec”. Está inmerso en su próximo libro al que piensa darle una edición convencional, no sabe cuándo lo terminará pero sí que llevará por título Minúsculo. Mientras, nada en ambas aguas y las describe. “Yo veo a la música como un mundo más seguro y a la literatura como un laberinto ignoto que aún estoy descubriendo”.
(Destacado)
Para conocer más sobre Alejandro Valls
Fan Page: Alejandro Valls / Literatura
Contacto: alevallsmusic@gmail.com
Texto: Julia Porta
Fotos: Pablo Aguirre
Nombre de sección: Acordes y sonetos
Edición: N° 72