Una melodía particular recibe al público. Los dos actores están en escena, apenas iluminados en los rincones del espacio escénico. Cuando cada uno de los espectadores está en su ubicación, en el teatro, frente a la escena, la voz de los actores irrumpe sobre la música:

ACTOR:Conversación de Alicia con el Gato: —… ¿Querría decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?”

ACTRIZ: “Eso depende mucho del lugar adonde quieras ir. Dijo el Gato.”

ACTOR: “Me da lo mismo el lugar…—dijo Alicia.”

ACTRIZ: “Entonces no importa qué camino tomes —dijo el gato.”

La cita a esos diálogos de “Alicia en el país de las maravillas” es la obertura de un espectáculo cuyo texto ha sido construido por sus autores a la distancia y a partir de fragmentos. La dramaturgia, que Gloria Piñero y Pablo Tibalt ponen en juego en “Vas a estar aquí”, es una mezcla de escenas, cartas, parlamentos, citas que viajan por las vidas de cuatro personajes. Hilda y Atilio, los padres, y Anahí y Chany, sus hijos y los protagonistas de este “reencuentro”.

El Espejo Teatro” y “IV Mujeres Escénicas”, dos grupos de teatro independiente de las ciudades de Rosario y Santa Fe respectivamente, realizaron juntos el montaje de esta obra que une al teatro de las dos ciudades con sus equipos de trabajo. Los asistentes de dirección, Pablo Pizarro y Carina Ojeda, son de Rosario y los responsables de la realización del dispositivo escénico y el vestuario del espectáculo, Federico Toobe, Nacho Prirlinsky y Gerardo Casas, de nuestra ciudad y Paraná. El estreno se realizó en el Teatro de la Manzana (San Juan 1950 – Rosario), en marzo de 2019, y la propuesta estará llegando a Santa Fe en la segunda mitad del año.

El espectáculo habla de dos hermanos que están lejos uno del otro casi toda la vida. Anahí, a los 15 años “desaparece” de la vida familiar, sus padres la pierden y se pierden para siempre, pero es Chany, que en aquel momento tenía 7 años, quien ha seguido toda su vida “pegado” a esta ausencia. Él le ha escrito cartas a su hermana durante 40 años y para él ha llegado el momento de escribir la última.

“¿Cómo saliste de Rosario? ¿Alguien te llevó? ¿Quién? ¿Quién te ayudó? ¿Te fuiste porque quisiste? ¿Qué cosas te pasaron? ¿Cómo fue tu vida? ¿Por qué nunca volviste? ¿Nos abandonaste?” Estas han sido las preguntas sin respuestas de una familia en espera, las preguntas mil veces escritas en las cartas y los dibujos que Chany hizo para su hermana. Este personaje “detenido” en un pequeño departamento de la ciudad de Rosario, en el que el tiempo pasa, pero nada cambia. Allí, un principito tiene su minúsculo planeta en un universo inmenso de preguntas, recuerdos, silencios y cartas  sin sobres.

“Perdí a mi hija en un hueco del mundo” repite Hilda, como un mantra, en varios momentos de su vida sin Anahí, su hija. Es que, como la Alicia de Carroll, a Anahí parece habérsela tragado la tierra y como a aquella un mundo de fantasía parecerá “salvarla” de una familia cuyas particularidades avanzan sobre su deseo.

Por su parte, Anahí —nuestra Alicia— empieza a contar y a pesar las horas. Escribir es lo que ha deseado y hecho toda su vida. Ahora ya no puede. El reloj le ha comenzado a decir que tiene cosas pendientes más urgentes para hacer.

Es especial el universo sonoro de la obra. Promediando el relato, los realizadores apuestan aun momento musical que el espectador disfruta y agradece: los personajes cantan en la distancia, acompañados sutilmente en vivo por un instrumento lejano. A la vez, el clima de la puesta se enriquece con las composiciones para piano de Silas Bassa, músico santafesino radicado en París desde hace varios años.

Entonces el espectador, con lo que han hecho los realizadores de Vas a estar aquí, “espía y construye” la historia a partir de los fragmentos de algunas cartas, de recuerdos, de algunas escenas que lo llevan en el tiempo, con imágenes y cierta poesía. Es casi un juego de rompecabezas en el que las emociones van hilando las piezas, un juego profundo y dinámico que interpela las pérdidas, las ausencias, el modo de amar de los que están lejos y lo que deja la distancia. De este modo el espectáculo conmueve al público función a función.

Es que en el teatro todo es posible, estar juntos, reencontrarnos, compartir un encuentro de ensueño.

CHANY: PD/ Encuentro 22. Nos encontramos en las páginas de un libro, estamos interpretando personajes que alguien o nosotros mismos escribimos. Los personajes ni siquiera son hermanos, pero nosotros sabemos que nos encontramos, se abre una puerta, nos vemos y nos damos un abrazo milenario…”

Texto: Ezequiel Perelló

Fotos: Leonardo Gregoret

Nombre de sección:Teatro

Edición: N° 73

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