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El vino es un hecho cultural en sí mismo, lleva intrínseco el desarrollo de la civilización y su aporte para el bienestar, el relax y los festejos  que acompañan desde hace milenios a los felices mortales que tenemos la suerte de poder gozar de este regalo de los Dioses.

Comparto con Uds. el siguiente artículo del INTA, escrito de manera inmejorablemente sencilla, de los Orígenes del vino, porque como alguna vez escuché: “Somos de dónde venimos…”

El Vino en la antigüedad

El vino, unido al hombre de todos los tiempos, ocupa un lugar considerable en la historia del hombre.  Así lo demuestran los libros de las civilizaciones más antiguas, las inscripciones, las tablas, los frisos y las imágenes que se han conservado del arte de los primeros tiempos de la historia.  El vino ha sido a través de los siglos fuente de inspiración.  La prosa, la poesía, la escultura, la pintura le han rendido culto en expresiones artísticas.  El vino nace junto con el hombre, y ha sido a través de los siglos, fuente de inspiración.  Se obtenía vino antes que  la civilización se encausara por el camino de las ciencias.  Hoy, su elaboración es una ciencia, pero aun siendo ciencia y tecnología, es todo arte.  Se han encontrado vestigios de plantas de vides en remotos estratos geológicos, anteriores a la aparición del hombre.  Son testigos de la edad de las vides, semillas y hojas fósiles descubiertas en América del Norte y Europa en los depósitos  del período terciario de tiempo geológico.

Afirman historiadores, poetas y botánicos que el inicio del cultivo de la vid fue en Asia Menor, en la región Sur, entre los mares Caspio y Negro.  Desde allí los viñedos tuvieron un foco de irradiación en esa zona, extendiéndose luego por toda la cuenca del Mediterráneo, penetrando en el continente europeo.

Una rápida mirada a la historia nos muestra que las regiones donde se ha desarrollado la vid son aquellas cuyas civilizaciones han logrado un alto nivel de perfección.  Cualquiera sea  la cultura que elijamos, desde las tablas de arcilla en escritura cuneiforme de Babilonia a los papiros y pinturas de las tumbas de Egipto, veremos que el cultivo de la vid y la elaboración del vino están presentes y se pierden en el tiempo.   Ya en el año 139 AC. se habla del cultivo de las primeras viñas en China, en tiempos del emperador Liu Che de la dinastía Han, quién envió a un general a una expedición por Asia Central, de la cuál regresó 13 años más tarde.  En su equipaje se encontraron cepas de Vitis Viníferas procedentes del Usbekistán.

En una villa de la edad de Piedra en las montañas Zagros, en la parte norte de Irán, fue encontrada una vasija que datas de alrededor de 5400-5000 AC, con restos de uva y una resina de árbol usada para impedir que el vino se convierta en vinagre.

El bajorrelieve denominado Ur que se encuentra en el British Museum, muestra escenas relacionadas con el vino y su antigüedad, una imagen que se remonta a 2500 años AC.

Nombres encontrados en sánscrito indican que la vitivinicultura en la India data de una antigüedad que no se puede medir pero que fue sin duda anterior a los fenicios.

Los judíos atribuyen su paternidad a Noé.  Los griegos adoraron como dios del vino a Dionisio, los romanos a Baco.  Y así podemos continuar indagando en la historia del vino sin poder llegar al comienzo, porque la historia del vino, más que ninguna otra creación humana, es una crónica en la que fantasía, leyenda y realidad se confunden en los siglos.”

Espero que hayan disfrutado tanto como yo, de este texto tan interesante a la curiosidad del enófilo.

 

Mario Bass

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