El tiempo acompaña para compartir una charla en su patio coronado de verde y musicalizado por el constante desprender de una gota de agua que nos marca el tiempo. Nilda Marsili nos invita a viajar por el recorrido de su vida, sus pérdidas y sus logros donde el arte fue su divertimento y su redención. Con Carlos, su sapo mascota, mirándonos desde algún rincón comenzamos a descubrir el transitar de sus procesos pictóricos de vida.
TS- ¿Siempre viviste en Santa Fe?
NM- Soy de Santa Fe, viví toda mi vida acá, nací en el año 1958 en Candioti Sur, después viví en Guadalupe y después me vine a vivir acá toda mi vida transcurrió en un radio de treinta cuadras. Estudié bioquímica y después hice un Doctorado de Bioquímica y Ciencias Biológicas y doy clases de Laboratorio de Materiales en la Escuela de Artes Visuales, la Mantovani.
TS-¿Cuándo empezaste tu relación con el arte?
NM- El arte estuvo siempre, desde que ten-go uso de razón yo construía cositas, hacía dibujitos, hacía trabajitos y mi felicidad era ir al taller que mi padre tenía en el fondo de casa, un galpón donde trabajaba, tenía herramientas de carpintería, martillos, cla-vos y clavaba maderitas, desde que era muy chica. Después, un poco más grande, tendría diez años, cuando íbamos a pescar juntaba arcilla de la costa y hacía figuras con arcilla y así fue siempre.
TS- ¿Cuál es tu definición de arte?
NM- Y, el arte para mí es la vida, siempre el arte estuvo conmigo, para la humanidad, es una forma de redención, es como la religión, como la ciencia, la filosofía. El arte, es una forma de dejar de ser animales.
TS- ¿Cuál es el origen de tu obra?
NM- De mi obra (se ríe) el origen es el origen de la vida. El origen es un misterio, igual que la vida, o sea cómo la sustancia orgánica se transforma en sustancia viva. Cómo las proteínas, los azucares, los lípidos, se organizan y forman una célula es un misterio que la ciencia no lo puede resolver y tal vez que el arte sí. Creo que es más fácil resolverlo con el arte que con la ciencia.
TS- ¿La estructura de tu obra tienen un orden lógico?
NM- Sí, es totalmente racional, sobre todo la última parte de mi obra desde el año 2000 ó 2003, va, siempre fue racional mi obra, pero mi obra se transformó en abstracta. Yo pinto ideas, es totalmente racional lo que pinto, no busco en la naturaleza, busco en las ideas, busco en la escultura, en la historia del arte, más que observar la naturaleza, estudio teorías.
TS- ¿Te es posible separar el pensamiento cien-tífico del proceso creativo o están aunados?
NM- Durante diez años elaboré artísticamente la conjunción, o sea, a mí me llevó diez años aso-ciar el arte y la ciencia, no es que me sale así, fue un trabajo arduo que yo dibujaba y buscaba fórmulas, ecuaciones matemáticas y más o menos empecé entonces a encontrar la relación, pero fue un trabajo intelectual para mí relacionar el arte con la ciencia. No fue espontáneo.
TS-¿Sentís que hoy lo lograste?
NM- Sí, porque pinto la matemática, pinto la química, trabajé con matrices numéricas y pintaba esos ordenamientos numéricos. Después, cuando trabajo en espectroscopia, como con el espectrofotómetro decodifico el color de las sustancias y yo pinto eso. Ahora ya no me cuesta.
TS- Encontraste la vuelta
NM- (Risas). Al principio me costaba, pero hace mucho, en el año 90 la encontré, hasta el año 90 renegué mucho. Tenía treinta años cuando encontré que podía hacer arte a partir de la ciencia.
TS-¿Cómo te planteas el proceso creativo?
NM- Yo pinto mi vida emocional, voy pintando mis afectos, cuando nacieron mis hijos pinté mis hijos, pinté la soledad, pinté el amor. Todo relacionado con lo que me va pasando en la vida, por eso me cuesta mucho vender mi obra. En general yo no vendo los cuadros porque cada cuadro es historia personal.
TS- Es parte tuya…
NM- Sí, hago cuadros, los expongo, hago muestras y después los guardo, es como guardar las cartas de amor, esas cartas que una va guardando.
TS- ¿Cuándo sentís que tu obra está concluida?
NM- Cuando no acepta más. O sea, yo pinto, pinto, pinto y en un momento dado la obra no acepta más, y ya está, se terminó. Cuando el color es armónico, la forma, la organización, está todo y es la obra la que me dice basta.
TS- ¿Se nace artista?
NM- A mí me pasó eso, te digo, yo iba al jardín y ya hacía cositas y veía en las hojitas las caritas y esas cosas. Y después, de rebelde, siempre me peleé con la escuela y la escuela se peleó conmigo, en serio.
TS- ¿Considerás que sirvió para no encerrarte en determinadas estructuras?
NM- Soy totalmente desestructurada, para todo, por eso puedo dibujar, pintar, hacer esculturas, estudiar ciencia, química, es como llegar a un lugar y decir ah! Mirá esto! Siempre hay una sorpresa y siempre la vida es una sorpresa para mí, siempre lo fue.
TS- ¿Sos creyente?
NM- No, eso es una crítica que yo siempre le hice a mi madre y pobre mi madre que cargó con eso; porque mi madre siempre me decía: Dios no existe, Dios no existe, Dios no existe. Entonces en un momento dado cuan-do yo era más grande, me di cuenta que ella si creía en Dios, entonces le dije: vos creés en Dios, pero a mí me dejaste sin Dios. Lo que para mí fue terrible, así que me elaboré mi propio Dios, yo tengo mi propio Dios, que es un invento personal, así desestructurado, es un invento que lo acomodo como puedo.
TS- ¿Te dio resultado?
NM- Sí, porque sino es muy terrible la vida sin un Dios. Es muy difícil sobrevivir a la in-justicia sin creer en algo.
TS- ¿Tenés alguna deuda pendiente?
NM- No, fui haciendo todo lo que podía, en el arte, en mi vida, en la ciencia y en todo, fui haciendo lo más que pude. Entregué todo. Puede ser que me haya equivocado, que me haya salido mal, muchas veces fracasé pero no me quedé con nada pendiente.
TS- ¿Qué te queda por hacer hacia adelante?
NM- Muchísimo, proyectos siempre tengo montones. Es como salir al jardín y sorprenderse, están las flores, hay árboles, hay hojas y entonces voy a pintar. Siempre hay algo bueno para hacer, ahora estoy haciéndome un taller mucho más grande en Rincón, por-que en este ya no entran más todas mis car-tas de amor. Ocupan mucho lugar y entonces estoy haciendo una sucursal en Rincón.
TS- Para seguir atesorando “cartas de amor”.
NM- No las quiero vender. Incluso una vez, regalé un cuadro, y después estaba tan arrepentida que quería ir a comprárselo a la persona que se lo había regalado, yo decía yo voy a ir y le voy a decir que se lo compro, porque lo necesito.
TS- Y cómo lo resolviste?
NM- Lo tengo ahí, esa es una deuda pendiente. ¿Ves?! ir a recuperar ese cuadro.
CRÉDITO: Marcelo Jorge
FOTOS: Pablo Aguirre