De una infancia sencilla a construirse como mujer y profesional en ambientes hostiles, pero siempre pensando en sus pares. La historia de vida de María José Barrios conjuga sacrificio, lucha y compromiso.

Actualmente, María José Barrios es Secretaria de Políticas de Género, Niñez, Familia y Medio Ambiente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de la Provincia de Santa Fe (FESTRAM) y Secretaria General del Sindicato de Trabajadores Municipales (SITRAM) de Rufino. Pero no se trata de cargos altisonantes vacíos de contenido. Ella le pone el cuerpo a cada instancia de lucha: recorriendo toda la provincia, participando activamente de asambleas y encuentros y, sobre todo, escuchando siempre a los trabajadores.

TS —Tuviste una infancia humilde junto a tu familia, ¿qué podés contar de esa experiencia?

MJB —Soy la más chica de seis hermanos. Nací en Rufino, que está a 30 km del campo en el que vivía mi familia. Crecimos con muchos valores. Asistí a una escuelita rural, Pablo Pizzurno Colonia La Inés, que teníamos a casi 100 km. Muchas veces llegábamos en el transporte que recogía la leche de los tambos, otras a caballo o en tractor. Recuerdo el acompañamiento de mis primeros docentes como mi mayor estímulo. De mis hermanos, fui la única que estudió y decidió proyectarse. A los 12 partí a la ciudad a hacer el secundario y, después, el Profesorado de Enseñanza Primaria y Pre Primaria. Ahí empecé a trabajar en la municipalidad, en una guardería. Estuve precarizada 12 años. Tenía un Plan Jefes y Jefas de Familia, pero cumplía el rol de docente, con las mismas horas y la responsabilidad de estar al frente de 20 o 22 niños.

TS —¿Cómo fueron tus primeras incursiones políticas?

MJB —Como pasa siempre en cualquier sindicato, año a año vamos a las paritarias. En los primeros meses la propuesta no era suficiente, y continuamos los reclamos a través de medidas de fuerza. Y yo, teniendo muy claro mi situación y mis derechos, me adherí a todas. Aparecieron listas negras en las que se establecía que quienes se sumaban a los paros no tenían que estar de cara a los niños, y nos mandaban a recortar figuritas a una sala. Ahí entendí que había que cambiar un paradigma. Empecé como delegada y cuando se armó la primera lista electoral, me convocaron como Secretaria de Prensa. No era un espacio que me interesara y me dijeron que para empezar estaba bien. Les contesté: «Te agradezco la posibilidad, pero vamos a armar otro espacio». Nos costó, pero ganamos las votaciones. Hoy vamos por la renovación del tercer mandato y tenemos un sindicato que está a la altura de las circunstancias. Me encanta la defensa de los derechos: militar, recorrer las sedes, hacer las asambleas. Estoy siempre de cara al afiliado.

 TS —¿Cómo vivís tu participación política desde la perspectiva de género?

MJB —El mundo sindical es sumamente machista. He vivido situaciones de violencia de género, institucional y laboral. Gané respeto y eso me lleva a enfrentamientos por la toma de poder. Cuando comenzó la Federación, se conformó con una red de mujeres pioneras en la defensa del territorio. Hoy, en FESTRAM todas las políticas tienen perspectiva de género. Eso se lo debemos a nuestro secretario general, Claudio Leoni. Claudio está dentro de las nuevas masculinidades. Es un gran tipo. Todo el tiempo busca transmitir lo que sabe.

TS —¿Cómo observás el lugar de la mujer en la sociedad actual y cómo evaluás herramientas como la Ley de Paridad y la Ley Micaela?

MJB —Celebro profundamente la revolución que marcaron las mujeres. Porque no tiene vuelta atrás y fue avanzando de manera gigantesca. A partir del Ni Una Menos se multiplicaron las Evas y las Juanas Azurduy. En cuanto a la paridad, es una herramienta política valiosísima. Ahora si vamos a tener decisiones paritarias basadas en la igualdad. A eso hay que darle proyección, un futuro firme y una pelea. Por otro lado, FESTRAM fue pionera en la capacitación sobre la Ley Micaela a través del trabajo con la Ley de Protección Integral hacia la Mujer.

TS —¿Cómo afectó la pandemia, tanto a la realidad política nacional como la actividad gremial local?

MJB —Tuvimos una pandemia anterior que fue el neoliberalismo. Logramos ser gobierno y nos tocó enfrentar esta situación donde se pone en riesgo la salud pública y la vida. Hemos perdido muchos derechos: estamos expuestos y no se nos reconoció el acompañamiento a la sociedad, tanto desde el gobierno provincial como el nacional que, sí entendemos, tuvo una mirada hacia los sectores más vulnerables. Es difícil atravesar esta situación, porque el COVID se llevó a muchos compañeros. Tampoco teníamos la posibilidad de hacer asambleas y acompañarnos.

 

Texto: Juan Almará

Fotos: Melina Dougaluk

Maquillaje: Mariana Gerosa

Nombre de sección: Gestiones sindicales

Edición: N° 82

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