La previa al encuentro con Lula Bertoldi tuvo la duración de un año; el tiempo que llevó hacer coincidir una presentación de Eruca Sativa en Santa Fe, con una sesión de fotos y una charla grabador mediante. A las 15,30 de ese sábado en el que la banda se presentaría en un lugar con capacidad colmada dos días antes, ella avisó “estoy lista” y bajó las escaleras del hotel preparada para el registro visual y auditivo. El momento finalmente había llegado y TODA Santa Fe estaba allí para cristalizarlo en una nota.

 

Paraíso en retro

 

Lula es de Sunchales -una localidad de la provincia de Santa Fe cercana, a su vez, a Córdoba- adonde comenzaría la historia de Eruca Sativa. Y la primera pregunta tiene que ver con esa niña que fue y lo que queda de ella en la mujer de hoy: “Creo que la música tiene que ver mucho con lo lúdico, no? Con eso de jugar y dejarse llevar por el momento. En inglés se usa el término play. El espíritu mismo de la música tiene que ver con esa diversión”. Se percibe una infancia de sonidos y ella lo ratifica: “Mi viejo era coleccionista de discos. Siempre fue un apasionado de la música sin interpretar ningún instrumento. A mi me resulta raro, ya que yo escucho música y me dan ganas de tocar”. Su abuela materna, directora de coros, a los doce años le regaló su primera guitarra. “Era una criolla y me dijo: va a ser tu compañera toda la vida. Fue muy visionaria.”

Hay para Lula una figura especialmente significativa: “Mi mamá es una gran compañera. Ella nos apuntaló desde el lugar de la convicción, de los sueños. Nos fue enseñando que hay que luchar, que hay que ir para adelante como hizo ella”. María Elena tiene doctorados en educación especial: “Es una profesional muy pujante, una gran referente -dice con marcado orgullo- un ejemplo de mujer abriéndose camino en su profesión.”

Lula es licenciada en relaciones públicas, carrera que eligió cuando aún no veía en la música un modo de vida: “Es algo que estudié, que me gusta y disfruté mucho. Para mí la música no fue una actividad profesional sino hasta que conocí a Brenda y a Gaby”. Ese encuentro bisagra con sus compañeros de banda contribuyó a definir el rumbo: “En el momento en el que me tuve que sentar y decidir, la música fue más fuerte.”

 

Para que sigamos siendo

 

“Eruca somos nosotros tres. No podría existir si se cambiara alguno de sus integrantes”. Hay para Lula un antes y un después de conocer a Brenda Martin y a Gabriel Pedernera. “Fue la primera vez que llevé mis canciones a una banda. Cuando los conocí a ellos cambió toda mi cabeza”.

Es enfática y segura en este tema. Comenta que desde un principio sintieron que estaban inmersos en algo especial. Ante esa química particular del trío y más allá de los misterios propios de las relaciones destinadas a prosperar, le pido que me hable de ellos, de lo que admira en cada uno: “Brenda es un ser espiritual que me ha enseñado mucho desde ese aspecto. Sigo aprendiendo todos los días de ella. Y Gaby es un gran compañero, de esos amigos del otro sexo que uno tiene para toda la vida”. Juntos son una máquina imparable. Tal vez la explicación pase por esta expresión de Lula: “Siempre lo vivimos con profesionalismo. Desde que empezamos dijimos esto va a ser en serio. No es que supiéramos lo que iba a pasar pero creíamos (y creemos) mucho en lo que hacemos.”

Hay un nuevo cd, Barro y Fauna, un trayecto, un crecimiento pero también una esencia que se mantiene. “Es un poco el espíritu de la banda, que tenga su personalidad aún cuando disco a disco vayamos descubriendo nuevas facetas”.

Asegura que buscan lograr el máximo potencial en las canciones sin que haya un rótulo para lo que hacen. La falta de encuadres limitantes parece ser parte del nuevo rock argentino, si es que puede hablarse de tal. “Si, hay un rock nuevo, federal, emergente, renovado y fresco. Viene de todo el país. Son bandas que dan mucho que hablar. Me encantan sus propuestas artísticas y escénicas.” Entre los ejemplos que nombra está Marilina Bertoldi, su hermana. “Me encanta seguir todo lo que hace. Es muy buena y yo la admiro de verdad.”

 

Mi apuesta

 

Y a Lula, ¿qué la lleva a componer? “Hay muchos disparadores -afirma- Puede ser una melodía, una palabra, un riff, una situación”. Tampoco tiene un método o fórmula. Y así una canción puede surgir a partir de la música o de la letra. En 2015 nació su hijo Julián, y uno se pregunta cómo cambia la maternidad (que lo trastoca todo) una vida como la suya. “Más que nada en los tiempos. Tu tiempo ya no es tuyo. Antes era todo Eruca Sativa. Ahora tengo determinados momentos para componer o ensayar.”

¿Cómo sos como mamá? “Ojalá que buena -responde con una sonrisa- Todo el tiempo uno está tratando de serlo. A veces lo lográs, a veces más o menos. Lo lindo de la maternidad es que todos los días es una nueva oportunidad de ser mejor.”

En los últimos tiempos hubo escenarios compartidos con David Lebon, un emblema para varias generaciones. “A veces no alcanzan las palabras para describir esas situaciones. Es mágico compartir la música. Que personas que han inspirado o marcado un camino toquen nuestras canciones es muy fuerte. Como cuando Fito (Paez) grabó en Blanco y cantó una letra que compusimos con Brenda tomando mates”. Destaca que estos encuentros, como ocurrió también con Pedro Aznar o Abel Pintos, no pueden ser fabricados sino que se producen espontáneamente: “Se tiene que dar y se da.”

Las redes muestran una Lula con gran sentido del humor y ella lo avala: “Trato de ponerme seria en situaciones como esta pero la verdad es que me gusta mucho reír”. Asegura que disfruta hacer chistes aunque sean “re pavos” y trata de vivir con naturalidad y sin presiones lo que genera su lugar en el rock actual.

Aparece el tema del saludo para una quinceañera que grabó entre las fotos y la entrevista, las chicas que cantan como ella, las que la esperan en cada show para una foto: “Yo no soy un modelo a seguir. Hago lo que me gusta, me siento plena haciendo esto y me desafío todo el tiempo a ser mejor. Algunos se pueden sentir identificados. Me siento halagada y muy agradecida porque es gente que nos sigue pero no puedo hacerme cargo de lo que le pasa a otros ni eso puede ser algo que determine lo que hago.”

Se ha visto a Lula cercana a Abuelas de Plaza de Mayo y entonces llega el interrogante sobre la relación arte-compromiso social: “Hay artistas -comenta- que hacen toda una carrera sin comprometerse con ninguna causa e igual son grandes. Es algo tan personal que no se puede juzgar”. Aún sin motivaciones particulares, según aclara, se siente involucrada en todo lo relacionado con esa época de la historia argentina que califica de “nefasta” y agrega: “yo me siento muy cerca del tema de las Abuelas. Para mi es tan importante lo que hacen estas mujeres que quiero estar con ellas.”

“¿Qué espero? Muchos años más así. Justo antes de empezar la gira, decíamos con Brenda: que ganas de salir. Nos gusta viajar, subir al colectivo y conocer distintas provincias. No sé si tengo un sueño concreto tipo llenar River. Pero si sé que quiero vivir de esto todo el tiempo que pueda”

 

 

Texto: María Julia Porta

 

Fotos: Pablo Martínez