Es el presidente del Concejo municipal y fue diputado provincial, radical alfonsinista y militante desde 1982. Abandonó la carrera de derecho para ser padre, de lo cual está orgulloso. Acérrimo hincha de Colón, padre de cinco hijos.

 

DSC01602_resultTSF –¿Quién es Leonardo Simoniello?

LS – Es un vecino de Santa Fe, que nació y decidió quedarse a vivir acá y eso significa la construcción de una historia muy pegada a la ciudad en la que están todos mis amigos. Tengo algunos desde el jardín de infantes con los que todavía nos seguimos viendo, y eso hace que uno ame esta ciudad. Soy de los que extrañan las cosas que pasaron hace poco tiempo. La historia de mi vida con más profundidad es la de mi adolescencia y la juventud, en una vida de barrio que hoy poco existe.

Nací en Catamarca, entre 4 de Enero y 1° de Mayo, ahí teníamos nuestro equipo de fútbol, bicicletas, íbamos al Parque Garay, jugábamos a las carreritas de autos, botones, después llegó la democracia y cada uno fue incorporándose a actividades más comprometidas y políticas, incluso desde “la Multipartidaria”, después de la Guerra de Malvinas.

TSF –¿Tuvo la posibilidad de irse?

LS–Fui padre a los 20 años y ahí decidí varias cosas, en principio ser padre, que no fue fácil a esa edad, pero lo hice con mucho orgullo. Tengo cinco hijos, de los cuales, la última tiene dos años y medio y la más próxima 18. En segundo lugar, dejé la facultad y me puse a trabajar. Si me hubiese dedicado a otra cosa, o a otros niveles de lo que me dedico, probablemente estaría en otra ciudad, pero me gusta vivir en Santa Fe.

TSF –¿Porqué es Radical?

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LS –Porque de las opciones que durante medio año en 1982 pude estudiar me cautivó el discurso de Raúl Alfonsin. Tenía mucho de radicalismo, pero también mucho de justicia social, libertad y esa cuestión me atrapó. La militancia en ese año, para el que se quisiera comprometer, era una puerta abierta.

Mi militancia política arrancó en cuarto año del Comercial Domingo Guzmán Silva y me acerqué allí por la Guerra de Malvinas, porque hubo compañeros que fueron y otros que estuvieron a punto de ir, eso me dio mucha rebeldía, sobre todo por cómo fue la convocatoria a esa guerra, el momento, quién la convocó o cómo lo hicieron, las cosas que dijeron, lo que se robaron y lo que pasaron nuestros conocidos.

TSF –Usted es hincha de Colón.

LS –Sí, desde muy chiquito, después de los cuatro años mi cuñado Juan Carlos me llevó a la cancha por primera vez. Fuimos a la platea sur, contra Gimnasia y Esgrima de La Plata, lo que sentí esa vez fue impresionante. Si bien mi viejo era de Unión, este cuñado nos hizo de Colón.

TSF –¿Hasta dónde es hincha de Colón, qué hizo por su equipo?

LS –Fui a Córdoba (en alusión a la final por el ascenso que Colón perdió con Banfield en 1993 en estadio Chateau Carreras), se me cayeron un par de lágrimas, por los años 80 recorrí las canchas de la B y también fuimos a Corrientes con mis amigos de una peña Sabalera que teníamos. Con los años, la intensidad ha cambiado, pero siempre fui muy racional, fui a los clásicos, obviamente siempre quise llegar a mucho más de lo que hemos llegado, soy un hincha muy apegado a Colón, pero salvo seguirlo a otros lugares, no he hecho nada loco. Cuando mis amigos dejaron de ir a la cancha, y con la televisación dejé de ir a la cancha. Hoy debo decir que voy alternadamente.

DSC01545_resultTSF –¿Le hubiese gustado que su hijo juegue en Colón?

LS –Lucas jugó en Colón, pero no en primera, no entiendo mucho de fútbol, pero todo el mundo dice que era bueno y habilidoso, y en algún momento se me acercaron representantes a firmar contratos, pero yo estaba a la defensiva. Luego se lesionó y quedó un tiempo afuera, cuando volvió e iba acomodándose, ya había comenzado la facultad y había rendido tres materias ese año, entonces le dije que lo pensara y él solo resolvió al final de ese año seguir con su carrera universitaria.

TSF –¿Qué le gustaría hacer con más tiempo porque su trabajo se lo impide?

LS –Voy poco a la cancha, leo poco, leo fundamentalmente lo vinculado a mi trabajo y miro películas. Lo que sí trato de hacer es viajar mucho, me abre la cabeza, es lo que me parece más importante, sobre todo porque se va a aprendiendo y aprehendiendo todo lo referente a otras culturas. A veces se ve cómo realidades de otras ciudades, similares a la nuestra, prosperaron de otra manera.

TSF –¿Si no hubiese sido político, para dónde hubiese tomado rumbo su vida, se ve de otra forma que no sea político?

LS –Siempre para algo social, me veo de muchas formas, me gustan las artesanías en madera y hierro me gusta trabajarlos, hago banquetas, mesadas, cosas que se me ocurren, reformulo aparatos para iluminar o colgantes. Me gusta la electricidad, la construcción, hice cursos para arreglar televisores, radios, pero por otro lado, no me imagino no ser padre.

TSF –¿Cree que la rebeldía se pierde con el tiempo?

LS –No se pierde, se canaliza de otra manera. Las personas cuentan hasta tres para decir las cosas, se piensa antes de hablar y antes decías las cosas sin filtro. Cuando estaba Alfonsín, pensaba que la democracia era la solución a todos los problemas, pero hoy nos damos cuenta de que es mucho más complejo que eso, la democracia es un sistema formal que hay que llenarlo de buen contenido porque sino los contenidos malos avanzan.

TSF –¿Con la política ganó o perdió más?

DSC01571_resultLS –Gané, y si digo que perdí estaría desconociendo mi vida. Tengo 48 años y hace 32 que milito, cómo no voy a ganar cosas en esta cantidad de tiempo, hice muchos amigos en la política, aún aquellos que no son de mi partido. Gané la forma de criar a mis hijos que para mí es muy importante, porque hay muchos que hacen política y dejan los afectos más cercanos, creo que la política también me enseñó a criar a mis hijos.

TSF –¿Qué lo llena de orgullo y se lo quiere transmitir a sus hijos?

LS –Ser consecuente con lo que les he dicho y he pensado, poder mirarlos a la cara y decirles: “hice esto por estos motivos, aunque me pude haber equivocado”, es bueno. Mi escala de valores tiene que ver más con lo de antes que con lo de ahora, y creo que pude trasladárselos.

 

 

CREDITOS: Sergio Ferreyra

FOTOS: Juan Manuel Casco