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Tatuajes por estética, moda, símbolo de pertenencia, sentimientos, adoraciones, logros y hasta por frustraciones, no importa el motivo cuando el objetivo es dejar una marca indeleble a flor de piel. Hombres y mujeres ponen su cuerpo como marco a la técnica de tinta sobre piel.

 

Desde Rafaela, Juan Gallino, a diez años de su primer tatuaje nos cuenta su experiencia como tatuador.

DSC_9647TS- ¿Cómo arrancaste con los tatuajes?

MG- Siempre hay amigos kamikazes, yo creo que arranqué como todos, con una máquina casera, muy rústica. Después, en un viaje a Mar del Plata entré a una galería y encontré un lugar de tatuajes, donde vendían máquinas, así que ahí compré la primer máquina semi profesional. De ahí no paré.

TS- Comparativamente a los inicios, ¿hay mayor demanda de tatuajes hoy?

MG- Hoy sí, antes el tatuaje estaba como mal visto, pero ahora yo creo que por el tema de medios de comunicación se ha masificado. Vos ves los jugadores de fútbol, las bailarinas, en tv, en revistas ves modelos tatuados que en otra época era impensable. Los medios de comunicación cooperaron mucho a la aceptación del tatuaje como creación artística y estética.

TS- También se amplió el marco etario de los tatuados.

MG- Sí, últimamente a mi estudio vienen madres e hijas que se tatúan las dos al mismo tiempo, cuando es menor tiene que venir un padre a firmar la autorización. Casualmente la semana pasada tatué a una señora que habrá tenido setenta años. Fue todo muy novedoso, porque ya la piel no es la misma, le mostré el diseño y vino y se lo hizo.

TS- ¿Cuál fue el tatuaje que más te gustó hacer?

10525661_10204384874683504_2358457545331383216_nMG- Varios, hice una espalda de una Geisha, con el que gané un premio en una convención de tatuajes, llevó cuatro meses hacerla, una sesión por mes de cuatro horas cada una.

TS- ¿Qué considerás que motiva a la gente a tatuarse?

MG- Por lo general relacionado a la familia, por afecto a algo, por la música, por algo que marcó a la persona. Últimamente me está pasando eso, también vienen los que te dicen, che yo quiero la estrellita acá porque se la vi a tal modelo, o llegan con un diseño bajado de internet. Pero la mayoría de la gente tiene un fundamento, o por algo que lo marcó o algo especial que le pasó entonces se tatúan algo relacionado a eso o bien puntualmente. He tatuado muchos retratos de personas fallecidas y hasta de perros.

TS- ¿Qué fue lo más extraño que tuviste que tatuar?

MG- Una vez un cliente nuevo venía a consultar, siempre con gorra puesta, un día me dijo: ¿cómo podemos solucionar esto? Era pelado y se quiso tatuar, algo así como, pelo (se ríe) tenía la cabeza con líneas negras. La solución fue tatuar toda la cabeza, lugar en el que hay que tener un alto umbral de dolor porque es sobre hueso, pero lo resistió. Después entendí porque cuando vino a consultar no se sacaba la gorra ni un segundo.