El sur de la ciudad se abre al punto cardinal sin el ajetreo vehicular del centro. Los autos no congestionan las calles, ni el ruido es el ensordecedor elemento que caracteriza a otros puntos neurálgicos santafesinos. Se escuchan, entonces, ruidos que tal vez pasarían inadvertidos en otros barrios: respiraciones aceleradas, pasos rápidos, indicaciones a viva voz, chocar de hierros, una música de fondo que acompaña el movimiento de cuerpos en pleno entrenamiento. Es el sonido del deporte y la acción.

Como desde hace años, el gimnasio “Sur” ofrece la oportunidad de realizar entrenamientos físicos pero no de modo aislado sino en coordinación con el Club de Corredores, surgido de la necesidad de agrupar a los amantes del running y el Club Velocidad y Resistencia. Todo tiene su historia. Esta última entidad se fundó en 1933 y, desde entonces, ha servido para preparar a varias generaciones de atletas de la ciudad y la región. El gimnasio abrió sus puertas varias décadas atrás y se fue adaptando a las necesidades de quienes, allí, realizan los trabajos de complemento. Tres de sus representantes van contando la experiencia y, con palabras, buscan representar ese fenómeno que ocurre en las piernas. Uno es Jorge Villar, entrenador, profesor de educación física, sub campeón nacional de atletismo. Otro es Guillermo Chiaraviglio, licenciado en educación física, campeón argentino de garrocha en 2014 y medallista sudamericano, preparador, también, hijo de otro gran formador atlético y hermano del reconocido garrochista Germán. Y el tercero, Carlos Johnson, estudiante de educación física y campeón nacional, en reiteradas oportunidades, de pruebas de hasta 5000 metros; una de las jóvenes promesas que sigue buscando y obteniendo posiciones de privilegio en los podios.

En el gimnasio no cesa el movimiento. Parte de quienes están reforzando con aparatos el entrenamiento son runners que no decaen en la dedicación. Asegura Chiaraviglio: “tenemos alrededor de cuarenta corredores. La edad arranca desde los 14 años hasta los 60. El grupo es diverso, porque van desde chicos que se están iniciando en las competencias a adultos que desarrollan la actividad de modo recreativo, para mejorar su condición física.”

 

La consolidación de la propuesta: amplitud y disfrute

Si bien el running es una disciplina de larga trayectoria, los últimos años se caracterizaron por una consolidación de la práctica. Santa Fe se ha hecho eco, por un lado, del interés, y, por otro, de la respuesta que ha dado el gimnasio a esas necesidades de crecer en el deporte. Chiaraviglio, de trayectoria indiscutible tiene su hipótesis: “creo que es una moda y bienvenida sea. Siempre existió. Primero, se puso de moda en Estados Unidos y Europa y, ahora, se instaló fuerte en Argentina. Esto nos gusta, nos hace felices”. Jorge Villar agrega, entusiasmado: “ahora hay canales que tienen programas específicos de running. En Argentina, uno de los difusores más importantes que popularizó el deporte, fue Marcelo Tinelli con las competencias que organizaba. Fue quien le dio marketing. Hoy se masificó.”

No era tan masiva la práctica algunos años atrás, cuando los Chiaraviglio aún no eran historia conocida en el país y el mundo. Guillermo cuenta: “a mi viejo, desde que vino del campo, Guzmán Fernández, un gran deportista, lo asesoró en atletismo. Papá practicaba y después fue entrenador. Desde que éramos chicos estuvimos en contacto con el deporte. Germán, mi hermana Valeria y yo crecimos con el deporte. Mi hermano tenía 7 años y yo 10 y, ahí, tuvimos una capacitación en garrocha. Germán fue quien tuvo la continuidad y la facilidad, y los resultados estuvieron a la vista.”

Toda esa experiencia se capitalizó para, ahora, proponer hacer del atletismo no una actividad elitista sino abierta a quienes deseen hacer del estado físico un compromiso cotidiano, útil y entretenido.

“Lo bueno es que hace tres o cuatro años no había un grupo de medio fondistas ni de fondistas y hoy tenemos un grupo que lo hace y está contagiando a otros para que vengan más. Esto implica un esfuerzo familiar, de acompañamiento permanente. Ahí, entra en juego la pasión, que es lo que mantiene la constancia”, asegura Jorge, que se inició en la práctica del atletismo durante la adolescencia y luego, también, hizo el profesorado de educación física y hoy es uno de los preparadores del espacio. El entrenamiento es variado, pues no solo de correr se trata: “aprovechando el verano, hacemos algo de triatlón, variando el ejercicio entre bici, carrera y natación.”

 

Los logros y las promesas

Uno de los atletas destacados es Carlos Johnson, un adolescente cuya familia también practica deportes, por lo que trae de cuna esa pasión por el esfuerzo del cuerpo: “Corro 1500 y 3000 metros con obstáculos. A nivel nacional estoy entre los primeros en mi categoría. Fui campeón juvenil tres veces. Este año pasé de categoría. El año que viene hay un Torneo Sudamericano. Lo que busco es integrar el seleccionado argentino del Sub 23. Estoy becado por la provincia, que brinda apoyo económico y la posibilidad de acceder a controles y especialistas.”

Carlos es joven y una promesa contundente. Es, también, ejemplo para otros adolescentes que ven en él un modelo a seguir y así lo dicen, entusiasmados, los entrenadores: “hoy buscamos que los corredores se preparen para el futuro, que se capaciten para competir. Y hay otro grupo, que es el de quienes realizan la actividad por placer, por mantener un buen estado físico. En esos grupos hay atletas que corren distintas distancias e incluso de aventura, que son súper exigentes”.

Es tal el frenesí que genera la actividad que “a veces tenemos que frenar un poco los entusiasmos porque los atletas son de exigirse muchísimo, se enganchan de tal manera que, inmediatamente, quieren quemar etapas. Lo bueno es que podemos guiarlos, acompañarlos, para que esos procesos sean graduales y exitosos”, afirman al unísono los formadores físicos y se entusiasman al afirmar que, en los espacios donde se manejan para entrenar, se ofrecen todas las disciplinas que sirven para correr, saltar y lanzar. Sobre lo que implica estrictamente la carrera, aseguran que cuentan con grupos diferenciados para cubrir las expectativas de distancia y resistencia: “de 100 a 400 metros es velocidad, de 800 a 1500 metros se considera medio fondo y arriba de los 1500, son resistencia, fondo”.

Velocidad y resistencia. Los términos aplican, también, a la actitud con las cuales se encara esta práctica del atletismo, desde un espacio que apuesta a la transformación y a la pasión. En el gimnasio y en las pistas se pone el cuerpo y el alma. Eso lo saben estos emprendedores que van mutando para ofrecer una preparación personalizada que cubre todas las expectativas. Superarse en las pistas es superarse en la cotidianeidad, un lema que en Gimnasio Sur es carne cotidiana.

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