¿Por qué la obra de arquitectura moderna más impresionante de Latinoamérica está bajo tierra?.

Sacamos a la luz la figura visionaria de la arquitecta Itala Fulvia Villa y su obra más importante: un cementerio brutalista descomunal. Un lugar que invita a mirar la muerte desde un lugar más poético, con una arquitectura moderna que rompe con lo establecido.

Por qué la obra de arquitectura moderna más impresionante de Latinoamérica está bajo tierra

“Me acuerdo perfectamente de la primera vez que bajé esas escaleras hacia el inframundo del Sexto Panteón del cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires. Fue un impacto profundo, me sentí como Orfeo descendiendo a los infiernos. Me conmovió la espectacular e insólita organización subterránea del lugar, su estética brutalista, la luz y el silencio. Ha sido la emoción más intensa que he tenido como arquitecta”, explica Léa Namer en entrevista con AD para hablar del libro Chacarita Moderna, la necrópolis brutalista de Buenos Aires, cuya edición bilingüe español/inglés será publicada en junio de 2025. Esta nueva edición sigue a la publicación en francés/inglés que contó con el apoyo de la Graham Foundation.

Pero volvamos de nuevo al pasado, al verdadero origen de esta historia, hace ya diez años. Tras la visita al cementerio, Namer se acercó a la Sociedad Central de Arquitectos para buscar más información sobre este lugar. La sorpresa fue mayúscula porque la arquitecta, algo poco habitual a finales de los años 40, había sido una mujer, Ítala Fulvia Villa. “Casi nadie le atribuye un valor especial a este lugar. Me parecía insensato: para mí, es la obra de arquitectura moderna más impresionante que he visto en Argentina”.

El Sexto Panteón forma parte del Cementerio de la Chacarita, el principal cementerio público de la ciudad de Buenos Aires, tradicionalmente asociado a la clase media. Es uno de los tres cementerios públicos de la ciudad y, con sus 95 hectáreas, uno de los más grandes de América Latina. Allí descansan figuras populares de la música y el deporte, como Carlos Gardel, lo que refuerza su identidad ligada al imaginario colectivo porteño.

¿Por qué es tan especial el Sexto Panteón del Cementerio de la Chacarita en Buenos Aires?

El Sexto Panteón del Cementerio de la Chacarita es la obra de arquitectura funeraria moderna más grande del mundo: una necrópolis subterránea de dos niveles, iniciada en 1949, con capacidad para 150.000 nichos. Su diseño reinterpreta las catacumbas romanas desde una perspectiva moderna y funcional, integrando los avances técnicos de la época —como ascensores para los visitantes y montacargas para ataúdes— y una arquitectura brutalista de escala monumental.

 

“Su diseño reinterpreta las catacumbas romanas desde una perspectiva moderna y funcional”

“Es uno de los pocos casos en los que la arquitectura moderna se aplicó con tanta ambición al espacio funerario, un ámbito que en gran medida quedó al margen de las transformaciones del siglo XX. El Sexto Panteón es también testimonio de la Argentina de mediados de siglo, una época de grandes obras públicas y confianza en el progreso, en la que una mujer, Ítala Fulvia Villa, pudo recibir el encargo de un proyecto de esta envergadura”, detalla Léa Namer.

Arquitectura moderna funeraria más igualitaria, reflejo de una sociedad más abierta

Este panteón municipal fue concebido específicamente para acoger a la clase media, ofreciendo un sistema igualitario de entierro en contraste con los mausoleos privados, donde cada familia busca reflejar su estatus social. Su arquitectura funcional expresa los valores de una sociedad más equitativa, proponiendo una visión colectiva y moderna del espacio funerario.

El Sexto Panteón fue construido en un contexto de fuerte presión demográfica y de crisis de espacio en las necrópolis porteñas. Frente a la saturación del sistema funerario, esta solución subterránea, de gran escala y alta capacidad, fue pensada como una respuesta moderna, eficiente y duradera al problema del entierro masivo en la ciudad. Según algunos trabajadores del cementerio, en el momento de su inauguración el Sexto Panteón era uno de los lugares más valorados para sepultar a los seres queridos. Sin embargo, hoy, aunque sigue en funcionamiento, el espacio se vacía progresivamente, afectado por la falta de mantenimiento, el olvido institucional y los cambios en las prácticas funerarias contemporáneas.

Ítala Fulvia Villa, una arquitecta olvidada

Ítala Fulvia Villa trabajó casi toda su carrera en el ámbito público, como arquitecta y urbanista. Nunca fundó su propio estudio —no sabemos si por elección o por falta de oportunidades—, y por eso no firmaba sus proyectos con su nombre propio, algo que limitó su visibilidad en la historia oficial.

“Por otro lado, se dedicó a proyectos urbanos de gran escala y largo plazo, lo que dejó pocas obras construidas. Sin embargo, este panteón subterráneo demuestra claramente su visión innovadora y su capacidad de liderazgo, al coordinar un equipo multidisciplinario en el que participó un joven Clorindo Testa, arquitecto consagrado a nivel internacional y fallecido en 2013. Esta obra, situada en el límite entre urbanismo y arquitectura, es testimonio de una mirada compleja y moderna sobre el espacio público”, explica Namer, añadiendo que, sin embargo, su condición de mujer también jugó un papel importante en el olvido de su figura. “Durante mi investigación, encontré muchas fuentes que atribuían erróneamente el Panteón a Clorindo Testa, sin siquiera mencionar a Ítala”. Además, no tuvo descendencia ni pareja, lo que hizo aún más difícil la conservación y defensa de su legado.

La arquitectura funeraria es fascinante porque refleja las creencias, valores y estética de una sociedad en relación con la muerte en un momento preciso. Hoy en día, nuestra relación con la muerte tiende a ser evitada, invisibilizada o reducida al mínimo. “Ojalá podamos algún día estar más capacitados para mirarla de frente, y entender que estos espacios no son solo para los muertos, sino también para los vivos: lugares donde se condensa la memoria, la identidad y la sensibilidad de una sociedad”, reflexiona la autora del libro, para quien, más que un punto final, este trabajo fruto de una larga y profunda investigación es una invitación a seguir ampliando la memoria de quienes imaginaron otra manera de construir el mundo.

Fuente: Beatriz González para AD.