Ya lo decía Leonard Cohen: «Hay una grieta en todo, así es como entra la luz».

Como si el arte se abriera paso por huecos y grietas, así es el delicado y artesanal trabajo de una artista ucraniana que usa su talento con el bordado para dar una nueva vida, a base de color y de formas, a las viejas cortezas de los árboles o a los desperfectos del suelo.

Diana Yevtukh se inspira en su entorno al colocar cuidadosamente arreglos florales y otras fantasías bucólicas hechas de hilo en los huecos de los árboles y de los pavimentos.

Con sede en Lviv, su trabajo ha adquirido mayor relevancia desde la invasión de su país de origen por las fuerzas rusas a principios de este año, y piezas como Why did they do that to us se basan en su experiencia en fotografía y diseño para difundir el mensaje crucial de que Ucrania sigue bajo amenaza.

Las meticulosas piezas de costura de la artista presentan una mezcla de flores vibrantes como amapolas, margaritas y girasoles, que anidan en las superficies y parecen brotar desde adentro.

Sus obras a menudo se yuxtaponen con superficies ásperas o en descomposición, como viejos muros de piedra o metal oxidado, para «curar» el daño, enfatizando la posibilidad de belleza y fuerza en lugares inesperados.

Diana no solo aporta vida y color a esas grietas físicas y espirituales que la guerra está haciendo, sino que reivindica que hay una luz que nunca se apaga, y esto no lo decía Cohen, lo decían The Smiths.

 

 

 

 

 

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