El mundo conectado hasta las más íntimas posibilidades y, al mismo tiempo, expuesto a las confusiones que genera la comunicación, abre brechas por donde se escapan, tal vez para siempre, las viejas formas de concebir las relaciones laborales y por donde aparecen, insinuados, nuevos modos de vinculación. Una empresa trabaja en Santa Fe para tomar el desafío de dispersar dudas y generar certezas.

 

Ella es dinámica, alegre, luminosa en la presencia, efectiva en el modo de hablar, refinada en el gesto y precisa en la palabra. Podría calificar de modo indudable para acceder a los puestos de trabajo con los cuales negocia todos los días. Su especialización es la mediación entre las aspiraciones y las necesidades de dos grupos que, históricamente, se han construido desde la oposición y que conforman el aspecto humano del trabajo: empleados y empleadores.

Titular de “Integrhal”, consultora en Recursos Humanos, Cecilia se formó como analista y mediadora, entendiendo que el conflicto es el nudo a desenlazar en los vínculos laborales, no solo entre patronal y empleados sino también a escala horizontal, entre pares. “La empresas requieren que las personas tengan mayores habilidades técnicas y, además, que sean capaces de trabajar en equipo”.

La perspectiva de la empresa se centra en dos palabras que son clave: comunicación y emociones. El desarrollo de las tecnologías; la conectividad llevada a su máxima expresión y la variante operada en la práctica de modos culturales, a las que no escapa el trabajo; no terminan de ocultar que, tras tal maraña de innovaciones, siempre rige el mismo eje: la persona. Por eso, pese a la variante de códigos, siempre el ser humano se ve atravesado por las mismas problemáticas. La falta de entendimiento es el principal obstáculo a vencer al momento de perfeccionar los vínculos laborales, y esa irrupción se da también por razones generacionales. Cecilia explica: “se rompieron las estructuras viejas, antes se buscaba la permanencia indefinida en los trabajos, ahora los jóvenes son dinámicos y van cambiando sus expectativas e intereses, por lo tanto, también de ámbitos laborales.”

Sabido es que las emociones son las primeras impulsoras de acciones. Dependiendo de esas emociones habrá múltiples consecuencias. Si la emoción es negativa, puede darse una cadena de errores. Si son positivas, de aciertos. La especialista es contundente al momento de afirmar: “hay mucha teoría pero, cuando se va a la práctica de una empresa, muchos elementos de la letra no encajan en la realidad. Cada persona es un mundo, y lo que llamamos inteligencia emocional se vuelve un eje imprescindible para mejorar los vínculos. Cuando se gestionan, se trabajan las emociones, las relaciones mejoran de modo considerable, y eso lleva a una mejor productividad en los bienes o los servicios.”

Si bien estas apreciaciones definen a nivel global las transformaciones que opera el trabajo en el mundo y los nuevos modos de gestionar los recursos, la escala local no escapa a desafíos similares: “El mercado laboral en Santa Fe es difícil, como es difícil en el mundo. Hay muchos jóvenes recibidos pero es necesario continuar la formación y la mejora continua, eso es fundamental. Si no se avanza con la tecnología, se puede quedar fuera del mercado. Esto se contrarresta con la experiencia y el sentido de responsabilidad que pueden tener los mayores. Sin embargo, la mirada y la atención están puestos en las nuevas capacidades de los jóvenes”.

Esas modificaciones en los mecanismos, las demandas y las ofertas de trabajo, obligan a los mismos promotores a realizar capacitaciones para leer entre líneas las expectativas del siglo XXI. “Existen nuevas corrientes, filosofías, herramientas. Trabajamos con el coaching, la psicología positiva, neurociencia, con los tiempos del aprendizaje, con las formas de hacer las cosas. Esas posibilidades del conocimiento nos marcan nuevos horizontes. Somos un equipo formado por profesionales de la comunicación, la gestión de los recursos, la psicología”.

¿Cómo opera Integrhal? Es una empresa que, por un lado, se ocupa de la elección de personal idóneo solicitado por empresas y, por otro, trabaja con las mismas organizaciones para mejorar los aspectos de rendimiento humano y productivo: “Somos asesores externos, solucionamos conflictos, brindamos lineamientos y políticas para que la empresa sea mejor”. En ese mejoramiento y en esos procesos de optimización, Cecilia destaca la capacitación como una de las herramientas más trascendentales: “las empresas deberían invertir más en ese aspecto, saber que esa acción empodera a los empleados, los fortalece emocionalmente y les brinda los recursos para desempeñarse mejor en sus funciones”.

Con esa consigna de capacitar —no solo al personal sino a las estructuras mismas de las organizaciones—, desde hace varios años, Integrhal realiza un Congreso que, el 11 y 12 de mayo, brindará un espacio de participación e intercambio de conocimiento, único en Santa Fe: el Octavo Congreso Nacional de Recursos Humanos, Coaching y Neurociencias, destinado a ahondar la mirada vinculada a las nuevas formas de trabajo.

Contar en Santa Fe con especialistas en esta materia habla a las claras de una intencionalidad de apostar por el mejoramiento de las condiciones de los vínculos, las emociones y la efectividad de la comunicación. Cecilia Rodríguez no solo lo sabe. Lo transmite de cuerpo y habla.

 

 

Para agendar y consultar:

Integrhal

Consultora en Recursos Humanos

3426301471

www.integrhal.com.ar

 

Texto: Fernando Marchi Schmidt

Fotos: Pablo Aguirre

Maquillaje: Mariana Gerosa

Nombre de sección: Perfiles y personajes

Edición: N° 60

 

 

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