La creación de objetos arquitectónicos encierra múltiples aspectos, y la discusión entre si esta disciplina es o no un hecho artístico nos refiere a un antiguo debate. Por eso es importante aclarar algunos puntos relevantes.

De acuerdo a su definición tradicional, la arquitectura abarca la proyección y el diseño de los espacios donde las personas viven, trabajan y se relajan. Bien realizada, crea un entorno agradable y enriquecedor. Pero obviamente no puede desligarse de un fin social porque, de lo contrario, sería una escultura.

Sin embargo, la arquitectura es el arte visual que permite establecer los parámetros de belleza y funcionalidad de los espacios, tal es ejemplo de las Pirámides de Egipto, en donde su función, un sepulcro, se ve expresamente relacionada a lo religioso y a la morfología. Esta característica permitió nombrarlas como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

Al tiempo que crean edificios con un diseño único y desde una perspectiva netamente creativa, los arquitectos también deben tener en cuenta la integridad estructural de estos edificios. En otras palabras, tienen que asegurarse de que no haya problemas de base que puedan comprometer la seguridad de los ocupantes del edificio.

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS

El arte y la arquitectura pueden tener mucho en común en cuanto a la forma en que se perciben y se tratan. Los arquitectos somos simplemente el instrumento creativo que permite hacer realidad las ideas etéreas en obras realizadas, bellas y funcionales. Cómo los escultores quitamos lo que no sirve para dejar la esencia expuesta.

La profesión ha dado referentes indiscutidos como Zaha Hadid, quien fue una arquitecta anglo-iraquí, y cuyas creaciones son reconocidas a nivel mundial, con tendencia deconstructivista que permite visualizar una obra y su «movimiento» y redefine el concepto de fluidez espacial. Otra figura a destacar es el arquitecto mexicano Luis Barragán, cuyo estilo arquitectónico de paredes sueltas y no continuas, también marcan un movimiento funcional y disfrutable y nos enseña que la arquitectura no es estructurada ni lineal, y que se debe desarrollar como una de las Bellas Artes.

El trabajo creativo de los arquitectos suele considerarse arte, al igual que las pinturas, las esculturas y los dibujos. Sin embargo, los edificios son diferentes de la mayoría de las formas de arte porque ocupan un espacio físico en el mundo. Los edificios no sólo se reconocen como obras de arte, sino que también se consideran arquitectura.

La definición de arte ha sido objeto de debate durante muchos años. En el siglo XIX, se trataba más del proceso de crear algo y no sólo del resultado. El proceso constaba de tres cosas: habilidad, imaginación y ejecución. No es fácil definir qué hace exactamente un arquitecto. Sin embargo, algo que diferencia a la arquitectura de otras formas de arte es que no se trata sólo de ver un edificio o un espacio como un producto acabado, sino también de considerar cómo y por qué se construyó de esa manera, es decir, funcionalidad.

El término arquitectura se refiere al arte y la ciencia de diseñar edificios. Se considera un arte porque los arquitectos utilizan la creatividad, la imaginación y la estética.

A los edificios que diseñan los arquitectos se los ha dotado de belleza y significado. Se crean para que la gente sienta algo al verlos, ya sea asombro, paz o felicidad. Los arquitectos lo consiguen con su creatividad, mientras que los artistas pintan las cosas de forma más realista.

Fuente: El Cronista