¿Cómo se nombra una persona que entrega toda su vida a la búsqueda de igualdad de derechos de otras personas a expensas de su propia existencia, de sus necesidades, de sus deseos, de su amor?
¿Cómo te nombramos Alejandra, guerrera mitológica con tu megáfono en llamas diciendo verdades que duelen por las calles ásperas del agravio, de un sistema patriarcal opresor que discrimina y mata sin consuelo?
¿Cómo te decimos Alejandra, mariposa de alas de hierro que golpeaban discursos careteados para la tribuna y hacías que se abran las puertas más conservadoras de las leyes con telarañas para que podamos estar adentro y ser visibles?
Decirte, Alejandra, documento nacional de identidad arrancado de la constitución y pegado a tu cuerpo de mujer elegida, pegado a tu cuerpo de mujer buscada, de mujer soñada desde niña, de mujer trans con ese despampanante orgullo contagioso y febril.
Decirte, Alejandra, militante terrenal de las causas descartadas, archivadas y cajoneadas, activadora trascendental que puso en evidencia las deudas eternas de quienes monopolizan identidades con etiquetas y las encasillan para el trabajo, para la guerra y también para el amor.
Decirte, Alejandra, soñadora empedernida de un mundo mejor, de un mundo inclusivo sin dobleces, de un mundo de oportunidades que rompan estadísticas nefastas y nos otorguen vida, vida, Alejandra viviente sobre la misma muerte que no te opaca, viviente sobre la sombría mano que no te silencia, viviente SOS.
SOS referente de causas ganadas sabiendo de antemano los reveses y escondites de quienes no les conviene la diversidad, los falsetes de voces que dicen ser y no tienen coherencia, sabiendo el alto costo de poner el cuerpo en la calle para que sea tironeado por los buitres que merodean sin apego, sin ternura y sin respeto.
SOS interior de los interiores polvorientos y calurosos que arman remolinos de viento arrasadores de males y desgracias, remolinos de colores que abrazan en una sonrisa infinita, en una alocada carrera contra la finitud, remolinos sin tiempo de los relojes que acercan futuro, que acercan refugio. Un sin tiempo Alejandra que nos trae memoria.
SOS rosa roja en la oreja y trenza cocida a mano que cae en el hombro descubierto sobre el encaje rojo hilvanado al corpiño la noche anterior en la casa que tanto esfuerzo significó tenerla, mientras iba una marcha sonando adentro tuyo y las banderas en tu estómago con la garganta ardida de palabras a punto de estallar, de ser gritadas, de ser escuchadas.
SOS mechón caído sobre el micrófono del auditorio del cupo laboral trans, sobre la letra chica de la ley de identidad de género, sobre la cintura políticamente incorrecta del matrimonio igualitario. Sos bastardillas y negrita subrayada en las audiencias por femicidios de amigas, vecinas, desconocidas de acá y de allá.
SOS rodete al costado y gargantilla de brillantes con capa negra y tacos altos diciendo con lágrimas en los ojos que habías sabido desenvolverte en la vida queriendo tres cosas fundamentales: poder terminar una carrera educativa, poder tener un trabajo y poder pensar en construir una familia a futuro.
Si nos dan a elegir nos quedamos con tu nombre pronunciado a los cuatro vientos para que no se nos olvide jamás
Si nos dan a elegir nos grabamos la fuerza de tus palabras, la repetición de que el amor es lo único que nos salva
Si nos dan a elegir nos quedamos con la alegría de haberte conocido y el magisterio intensivo de resistencia que nos legaste
Nos quedamos con vos, con tu garra, con tu empuje, con la topadora todoterreno para adelante que allana caminos a quienes vienen después
Nos quedamos con vos, Alejandra, con tu fragilidad sincera, con esa manera de sentir la ausencia que te hacía incompleta, con esa soledad demoledora que te bancabas
que la justicia sea justa con vos Alejandra, que no suelte jamás a tu asesino
que tu deseo se cumpla una mil veces para que nos dejen de matar
que caiga el peso de la ley que te dio nueva vida sobre la siniestra y repulsiva mano que nos la arrebató, que te arrebató la tuya
Porque nos enamoramos de vos ayer, hoy y para siempre
el amor es todo tuyo por toda la eternidad
Porque nos enamoramos perdidamente de vos y eso vence al odio y al olvido
Alejandra no te vamos a olvidar ni mañana ni nunca
ni olvido ni perdón a los asesinos ni ahora ni nunca
CON AIRE DE ALEJANDRA VICTORIA SELENA IRONICI CASTILLO PRESENTE.